OPINIÓN

Los nuevos billetes de tren

De izda. a dcha., Pedro Sánchez, Felipe VI, Yolanda Díaz y Alberto Núñez Feijóo.
De izda. a dcha., Pedro Sánchez, Felipe VI, Yolanda Díaz y Alberto Núñez Feijóo.
EFE
De izda. a dcha., Pedro Sánchez, Felipe VI, Yolanda Díaz y Alberto Núñez Feijóo.

Esta semana, Galicia se ha incorporado a la fortuna de disponer de una línea de AVE que la conecte con Madrid. Con el estreno del tramo entre Zamora y Orense, se ha completado una obra de más de 20 años, cuatro presidentes de España y seis ministros, que permite ir desde Coruña a Madrid en 3 horas y 51 minutos. Bienvenidos a la red de ciudades bien conectadas,

Si como decía el historiador británico Tony Judt, entre las cosas que más han contribuido al ser de Europa figuran las becas erasmus y los vuelos baratos, en España, los trenes de esta nueva era nos acercan de manera superlativa unos a otros y, aunque todavía faltan brazos relevantes como Extremadura, vertebran de verdad el país. Lo sabemos bien las ciudades que nos hemos ido incorporando a esa red, desde que en 1992 se inauguró el Madrid - Sevilla.

En los últimos meses, la nueva oferta de trenes baratos permite además que el usufructo de esa infraestructura llegue a amplias capas de la población para las que el AVE era prohibitivo. Unos nuevos precios que son posibles tras aplicar un sistema de ventas inspirado en Ryanair, un 'caso' de éxito empresarial que se estudia en las escuelas de negocios. Pero como quiera que los trenes van sobre vías pagadas por todos -en la línea de Galicia se han invertido 10.000 millones de euros de los españoles-, al menos en el caso del AVE sus directivos tendrían obligación de evolucionarlo y no pensar sólo en triunfar con un Power Point ante el comité de dirección y buscar la eficiencia de verdad. Asumida la digitalización para acceder a las ofertas, los gestores del AVE tienen un reto en, por ejemplo, evitar que se pierdan billetes porque ni los puede devolver el tenedor -por no haber pagado un plus para tener derecho a la devolución-, ni lo puede comprar otro viajero. Incluso el tren puede aparecer en la web como completo, aunque los vagones no lo estén. 

Sirva de ejemplo un “billete-testigo” comprado a 16€ con un mes de antelación, al que una cuarentena dejó varado, costaba en fechas cercanas al viaje 76€, que la operadora tampoco pudo ingresar ni otro viajero comprar. A una hora punta y con el tren 'técnicamente' lleno.

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