Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

"La Resistencia", transgresores de la nada

Grison y Broncano en uno de sus diálogos inteligentes
Grison y Broncano en uno de sus diálogos inteligentes.
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Grison y Broncano en uno de sus diálogos inteligentes

Solo se habla de droga para hacer chistes. Hace años que las noticias sobre droga han pasado a un segundo o tercer plano. Se habla poco de detenciones, operaciones policiales y demás. Se habla también poco de los planes antidroga, de la prevención y es raro ver en las noticias estadísticas sobre consumo. Entre los famosos hay un silencio turbio. No se puede preguntar, no se puede hablar. Hay respuestas ambiguas, comportamientos de cierta hermandad sectaria y una amenaza velada de censura vitalicia a los que molesten demasiado.

Hemos adorado personajes que, tras una carrera dilatada, nos confiesan en libros y entrevistas que han sido adictos y que han consumido cantidades increíbles de diferentes drogas. En aquellos momentos eran referentes, iban a la tele a sonreír, salían en la gala de fin de año y hasta en la sopa. Lo llevaban en secreto y vendían una imagen falsa, lo que se llama una doble vida. Hay otros personajes conocidos que afirman que estuvieron enganchados pero que fue muy sencillo dejarlo. “Lo dejo cuando quiera” es uno de los primeros autoengaños del entorno de la droga y parece que sigue funcionando. Unos y otros nos han estafado, nos lo dicen a la cara y nos quedamos tan tranquilos.

"Después de las risas, ¿Quién aguanta al yonqui en casa?"

Hace unos días, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha llamado la atención al programa La Resistencia por sus reiterados chistes sobre drogas. Uno de los miembros del coro de este drama griego cotidiano ha sido el que lo ha contado. Se hace llamar Grison, tiene dos hijos, es experto en hacer música con la boca y, entre otras cosas, hace chistes sobre droga con relativa frecuencia. De hecho, ha sido él quien ha explicado la llamada de atención de la CNMC. Parece que no le ha afectado mucho y ha continuado haciendo bromas con una valentía imprudente que, aparentemente, hace mucha gracia, funciona, como dicen ellos. Después de las risas, ¿Quién aguanta al yonqui en casa?

"Los invitados se degradan y responden a preguntas que no deberían admitir. ¿Cuánto dinero tienes? ¿Cuánto has follado en los últimos treinta días?"

Aunque mucha gente acceda a ir, aunque esté de moda, aunque sea casi "política-modernamente" correcto este programa, la realidad es muy clara: La Resistencia hace telebasura de la peor calaña. Los invitados se degradan y responden a preguntas que no deberían admitir. ¿Cuánto dinero tienes? ¿Cuánto has follado en los últimos treinta días? ¿De verdad responder a estas preguntas nos hace más modernos, actuales, interesantes o divertidos? ¿De verdad hay que pagar este peaje? ¿Hay que aguantar el doble sentido, el machismo soterrado, la falta evidente de estilo y el humor cutre y sucio para vender tu mercancía?

No ir a este programa se convierte en un modo de mostrar personalidad, carisma y consciencia sobre la responsabilidad que tienen los personajes públicos. Broncano y su coro son marionetas de una voluntad superior. Dóciles lectores de guion. Grison dice que están ahí para entretener y no para educar, pero hay daños colaterales y nadie se chupa el dedo. Este silencio sobre la droga da miedo. Tirar del hilo y mirar hacia arriba produce terror. Estos bufones de monólogo y sucio plató apocalíptico, transgresores de la nada, cumplen su función y cobran en especie y en migajas. La gente elegante, libre e independiente no habla de dinero, ni de su intimidad en público. Venga, una bromita más. 

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