OPINIÓN

Un jurista comprometido

Imagen de archivo de Juan Antonio García Toledo.
Juan Antonio García Toledo, en su discurso de ingreso a la Academia Aragonesa de Jurisprudencia y Legislación, en marzo de 2019.
Guillermo Mestre / Heraldo
Imagen de archivo de Juan Antonio García Toledo.

Las tres grandes pasiones de Juan Antonio García Toledo fueron el derecho, la banca y Heraldo de Aragón. Y por encima de todas ellas, su mujer, Mariemi, compañera de toda una vida y con la que siempre mantuvo una especial complicidad. Convertido en el gran impulsor de la incorporación de Caja Inmaculada (CAI) al proyecto de refundación de Heraldo de Aragón impulsado por la familia Yarza e Ibercaja, Juan Antonio García Toledo apoyó decididamente la diversificación de HENNEO, tanto en el ámbito del negocio tradicional como en lo referente a la apertura y expansión en el terreno tecnológico y geográfico, respaldando un salto a Madrid que permitió la puesta en marcha de proyectos como 20 Minutos y La Información y contribuyendo así a que HENNEO, partiendo de su raíz aragonesa, se haya convertido en uno de los principales grupos de comunicación de nuestro país.

Ejemplo de lo que debe ser un consejero independiente, especialmente cuando le afectaba ya su larga y complicada enfermedad, Juan Antonio siempre se mostró comprometido con la compañía. En el último consejo, sabiendo que se acercaba el final, con lágrimas en los ojos hizo una suerte de despedida, apuntando el privilegio que para él representaba formar parte del órgano de administración de HENNEO. Fue un adiós conmovedor. Eran las palabras de un hombre inteligente que sabía que le quedaba poco tiempo de vida y quería despedirse de sus compañeros de consejo.

Consciente de su profunda preparación y de su talante abierto, tuve la fortuna de poder recurrir a él para consultarle muchas cuestiones, y encontré siempre un juicio independiente, sólido, argumentado y leal. Amante de la cultura, especialmente de la música y de la literatura, con el fallecimiento de Juan Antonio García Toledo

HENNEO pierde a un gran consejero que supo acompañarnos con su discreción y excelente criterio y que ha contribuido a proyectar y consolidar nuestra trayectoria empresarial. En Aragón deja la impronta de una personalidad de raigambre jurídica que supo aportar lo mejor de su quehacer profesional y de sus conocimientos en beneficio de la Comunidad. Descanse en paz.

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