La vacuna de AstraZeneca era el puntal sobre el que se sostenía el plan de vacunación. Es la más fácil de usar y de la que más dosis tenemos, por lo que sobre ella se sustentaba la decisión de inmunizar primero a nuestros mayores. Ahora, ante su falta de eficacia en ese grupo, ha tocado improvisar. Esas dosis se las llevarán los policías y docentes en vez de por ejemplo los camareros y dependientes. Qué difícil tiene que ser decidir cuando afecta de forma directa –en el sentido más crudo– a la vida de la gente
OPINIÓN10.02.2021 - 06:12h
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