Helena Resano Periodista
OPINIÓN

No estás gordo, estás enfermo

Una persona con sobrepeso.
Una persona con sobrepeso.
IMEO - Archivo
Una persona con sobrepeso.

Si quieres, puedes. Es lo que se dijo Tristán hace ya casi dos años. Pesaba cerca de 200 kilos y, aunque toda su vida había hecho deporte a un nivel alto –había sido jugador de rugby profesional, entrenador–, se dio cuenta de que había sobrepasado un límite. Su peso era su lastre. Su cuerpo le estaba matando poco a poco. Apenas podía caminar 200 metros sin sofocarse y, lo que en un principio parecía anecdótico –un tipo de rugby suele ser un tipo grande, no importa el peso sino la envergadura–, comenzó a ser un auténtico problema de salud. Así que Tristán decidió primero ponerle nombre a lo que le pasaba, era una persona obesa, y después hacer el mejor placaje de su vida, el que le iba a salvar su salud.

Ayer llegó a Madrid tras caminar 400 kilómetros en 15 días. Quería visibilizar así un problema que afecta ya a cerca de dos mil millones de personas en todo el mundo y que según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) empieza a ser considerada como epidémica. Una enfermedad que mata: cada año se estima que cerca de 2,8 millones de personas mueren por enfermedades generadas por un exceso de peso. Aquí el problema está en la percepción. Y me explico.

Cada año cerca de 2,8 millones de personas mueren por enfermedades generadas por un exceso de peso

Comer bien no significa necesariamente tener que gastarse mucho dinero, pero es verdad que, como dice Tristán, la tentación está ahí: por un euro te puedes comer una hamburguesa, que te la hacen en apenas 8 minutos, te sabe deliciosa –en esto difiero bastante, pero respetemos lo que dice la mayoría– y te la puedes comprar sin ni siquiera bajarte del coche. Ante eso, no hay brócoli, acelgas, garbanzos o espinacas que puedan competir en el plato de un niño. Y el reto está precisamente en lograr que en su mente el plato de brócoli o espinacas resulte mucho más apetecible que la hamburguesa en cuestión.

Tristán ha puesto en marcha junto a la Fundación Pau Gasol el desafío Try Again. Lo basan en cuatro pilares: comer bien, hacer deporte, descanso y prevención de lesiones, y equilibrio emocional y motivación. Este último punto me parece fundamental. Demasiada gente de mi entorno ha encontrado en la comida su consuelo emocional a decepciones, situaciones de estrés, depresión… La nevera era su aliada y los viajes al armario de los dulces constantes cuando llegaba, por ejemplo, la época de exámenes.

Demasiada gente de mi entorno ha encontrado en la comida su consuelo emocional a decepciones, estrés...

Los niños sufren el cambio social que han traído las nuevas tecnologías, la publicidad directa de comida basura es constante en supermercados, televisión, redes… Se han vuelto más sedentarios, apenas salen a jugar a la calle, pasan horas delante de la consola o con los smartphones

Cuando le pregunto a Tristán qué le diría a su ‘yo’ de hace dos años lo tiene claro: que no dejara pasar la oportunidad. "Yo me he dado cuenta –me confiesa– que he perdido 10 años de mi vida, no he disfrutado de mis hijos, no podía ni atarme los cordones de los zapatos. Quiero recuperar ese tiempo perdido. Y sé que ahora, puedo hacerlo".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento