Bill Gates, el magnate que creó Microsoft y Windows, no dedicaba su valioso tiempo solo a dirigir una de las empresas más importantes del mundo ni siquiera a administrar los millones que el negocio que había creado le proporcionaban. También aprovechaba algunos minutos para solazarse enviando correos secretos a una empleada de nivel medio que, según se desprende de los hechos recién conocidos, le traía de cabeza.

La hija de Bill Gates se casa en una boda millonaria con invitados de lujo

Algunos altos empleados, expertos como es de imaginar en el manejo de los secretos de la informática, espiaban al 'jefecísimo' y se mantuvieron al corriente todo el tiempo del ahora considerado como el mayor secreto de la corporación. Estos días ha estallado el escándalo en los Estados Unidos, algo que una sociedad tan puritana como la norteamericana no está digiriendo bien.

La historia es que varios socios y ejecutivos empezaron a preocuparse y decidieron advertir al presidente de que lo que estaba haciendo era "inapropiado", la tópica expresión con la que allí se resumen las acusaciones relacionadas generalmente con las debilidades sexuales. Fue el director de personal quien, cumpliendo órdenes de sus superiores, fue el encargado de advertirle.

Bill Gates entonces dimitió sin que trascendiese nada. Estaba entonces casado con Melinda, su esposa de toda la vida, con la que tenía tres hijos, y también socia en el gigantesco entramado empresarial que es Microsoft. El divorcio después de muchos años casados causó sorpresa en una sociedad que les consideraba como un matrimonio feliz.

La revelación empañó la alegría que ambos compartieron esta semana de reencuentro por vez primera desde la separación amistosa, en la boda de su hija Jennifer con un popular campeón de hípica egipcio. Actualmente Bill Gates está volcado en actividades de carácter benéfico que le están proporcionando admiración. El escándalo llega en una etapa en que el acoso está más penalizado.