Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Alivio para el insomnio de Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Las especulaciones políticas siguen desatadas: no falta día sin noticia impactante que confirme que vivimos en una crisis institucional permanente para la cual todavía no se ve final. La salida del Gobierno de Pablo Iglesias se esperaba, pero no por eso deja de intrigar a los analistas de la crisis y de provocar nuevas inquietudes sobre la evolución del próximo futuro.

Es una buena noticia para quienes discrepaban de sus actitudes y provocaciones, que son muchos, pero seguramente el más satisfecho con su marcha será, aunque lo niegue, el presidente del Gobierno, que se ha encontrado con una crisis mini resuelta ya y podrá dormir algo mejor que en este último año. Todavía existen muchas dudas para poder responder a la pregunta que se formula la gente: ¿nos estaremos volviendo locos todos?

"Resulta bastante probable que Iglesias se haya autoconvencido de que se estaba cargando la coalición"

De momento era público y notorio que Pablo Iglesias, encabezando y tutelando a un grupo de cinco ministros, con sus ínfulas de vicepresidente mal cubiertas, reaccionaba con salidas extemporáneas. Sus meteduras de pata y ansias de protagonismo creaban una situación muy incómoda para el resto del Gobierno. Los enfrentamientos públicos con otros ministros fueron objeto frecuente de comentarios muy negativos para el Gabinete, su cohesión y su prestigio.

Como no es tonto, resulta bastante probable que Iglesias se haya autoconvencido de que estaba pasándose muchos pueblos y con su soltura de cuerpo político se estaba cargando la coalición. Y aprovechó el revuelo creado por las mociones de censura y las elecciones en Madrid para apuntarse a un nuevo reto que no se sabe si le saldrá bien, pero que por lo menos le seguirá proporcionando el protagonismo que necesita para sobrevivir.

"Todo va tan rápido y es tan impredecible que cuesta creer que esté ocurriendo en medio de una grave pandemia"

Quizás sea una salida inteligente por su parte, no sabemos si para sus seguidores, y, eso desde luego, satisfactoria para sus adversarios, que intuyen -luego se verá-, que el temor que inspira su demagogia favorecerá a la hora de recontar los votos a la candidata del Partido Popular. Es sin duda también una forma de permanecer activo en la política.

La previsión más verosímil, entre tantas como se barajan, es que en el otoño el presidente Sánchez, acosado por tantos problemas como está enfrentando, disolverá el Gobierno y convocará elecciones anticipadas. Y si así fuese, la previsión es que Unidas Podemos, con su más que controvertido líder al frente, sufra un fuerte batacazo.

Pero todo esto quizás encaje en la crónica de hoy. Sobre la de mañana, Dios dirá. Todo va tan rápido y es tan impredecible que cuesta mucho creer que esté ocurriendo en medio de una grave pandemia, que ya ha costado la vida a muchos españoles y mantiene inquietos al resto. La política y la sociedad últimamente no están bien sincronizadas.

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