OPINIÓN

Mi generación ha dejado para muy tarde los niños

Imagen de archivo de un bebé.
Imagen de archivo de un bebé.
DRA. KATHRYN L. HUMPHREYS
Imagen de archivo de un bebé.

Nueve meses después de tener un hijo, voy a darle la razón a mis padres en lo de que mi generación ha dejado para muy tarde los niños. A mi edad ellos tenían tres medio criados, a pesar de que sus trabajos no eran mejores, ni su situación menos complicada; ahora hay una pandemia, pero en los noventa hubo más de tres millones y medio de parados. Lo que sí tenían eran las cosas claras, sobre todo las que había que hacer en cada momento de la vida.

Justifiqué retrasar el compromiso adulto diciendo que los treinta eran los nuevos veinte porque la crisis me había enviado laboralmente a la casilla de salida. La realidad es que cada edad es la que es y cada generación tiene su crisis, aunque la mía no estuviera dispuesta a lanzarse a la verdadera vida adulta sin haber estudiado dos máster, recorrido la Ruta 66 y bailado en todos los festivales. Nuestros padres no priorizaron la diversión frente a formar familias. Tampoco esperaron a petarlo en el trabajo con un contrato fijo que luego una pandemia se carga.

La realidad es que cada edad es la que es y cada generación tiene su crisis 

Cuando se acercaba su jubilación, mi padre me dijo que nos pasábamos la vida intentando ser importantes en el trabajo y el único sitio en el que debemos serlo es en nuestra casa. El trabajo no va a ir a vernos a la tumba. Tampoco los seguidores en redes que hacen falsa compañía en este modelo urbano de soledad que se promulga como culmen de la independencia. Como los protagonistas de una serie, lo damos todo por triunfar en nuestra carrera. El amor, mejor si es sexo pasajero que puede cambiar de una temporada a otra. Nuestros padres no castigaron el amor romántico como se ha puesto de moda en las redes. Querer y que te quieran parece ahora una debilidad que te señala como mal feminista.

La vida es mucho más fácil entre dos y encontrar con quien compartirla no te hace menos empoderado. A mí me ha hecho mejor persona para estar a la altura de la madre de mi hijo. Si no quieres vivir en pareja, genial, pero que sea porque tú lo decides y no las tendencias de las revistas. Lo mismo con ser padre, algo que hace que cambies trabajar todo lo que quieres y ver hasta el último estreno de Netflix comiendo sushi por leer el Pollo Pepe una y otra vez. Dejas de tener tiempo para pensar en lo que necesitas tú, justo lo contrario de lo que quiere el capitalismo.

La generación de mi hijo será la que no pueda contar con la ayuda de sus padres cuando tengan hijos. Nos va a pillar demasiado mayores para ser abuelos... igual tenemos suerte y sí llegamos porque ellos aprenden de nuestros errores. Quizás se den cuenta de que tener hijos puede ir antes que tener el futuro asegurado porque ese se va construyendo al mismo tiempo que complicas la vida montando una familia. Y es que hay algo más que también me dijeron mis padres: "Al final, todo se coloca".

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