Algoritmos, apps, redes, Google… los medios han cambiado tanto como la tecnología, siendo reflejo de la evolución de un lector avanzado, con hábitos nuevos y difícil de engatusar. La oferta informativa de hoy es superlativa. Nunca hemos tenido tantos medios y canales interactuando a la vez, con los riesgos que ello conlleva. Una competencia voraz por saber dónde están, qué leen y comparten y cómo fidelizarles. Un lector que elige forma y fondo exigiendo una actualización constante.

20 años de 20 minutos en sus mejores portadas

El canal es ya tan importante como el mensaje y, obviarlo, anticipa el fracaso. El pago por contenidos o la era de la distribución. Gastamos tiempo en poner etiquetas -premium, suscripciones, ‘compartir para leer’-, pero la clave está en garantizar la inmediatez, la cercanía, la información y, ante todo, la realidad. Echando la vista atrás encontramos un género literario de finales de los 70 que ilustra la reconversión de un negocio con siglos de historia. Daba la posibilidad de elegir el camino hasta el final de un relato. Puede ser un ejemplo absurdo, pero ya entonces alguien entendió que la voluntad del lector es innegociable. Nos ha llevado 20 años ponerte cara y aprender que eliges tu propia aventura. Gratitud eterna por dignificarnos leyendo este puñado de letras.