Un acusado de matar a un hombre que había intentado robar reconoce que le tiró una piedra

Niega que él pegara patadas o golpeara a la víctima, aunque declara que otros procesados sí participaron en una agresión posterior

Uno de los cinco acusados de matar a un hombre que acababa de intentar atracar un local de juegos ha reconocido que le tiró una piedra, aunque ha asegurado que "nunca intenté hacerle daño". Ha declarado que él no le pegó patadas ni pisotones, pero ha afirmado que otros tres procesados sí participaron en la agresión posterior que acabó con la vida de la víctima.

Un jurado popular juzga desde este miércoles a cinco hombres, para los que la Fiscalía de Málaga solicita 18 años de prisión para cada uno a los que acusa de un delito de asesinato por, presuntamente, acabar a golpes con la vida de un hombre en mayo de 2009, tras una persecución corriendo que terminó en la calle Pacífico de la capital malagueña. El juicio continúa este jueves.

Este acusado, primero en declarar, ha relatado que vio a la víctima corriendo y tras ella a un grupo de personas, entre las que estaba uno de los acusados, quien le dijo que el hombre había robado en el bar de un pariente y que le ayudara para que no escapara. Se incorporó al grupo, ha dicho, y logró ponerse en primer lugar, viendo cómo la víctima se paró y amenazó con dos cuchillos.

Entonces, ha explicado, vio al grupo, en el que había chicas e incluso "niños pequeños", detrás de él. El hombre, ha apuntado, comenzó a acercarse, por lo que cogió una piedra del suelo y le dijo que no se aproximara más, aunque éste se "envalentonó", momento en el que lanzó la piedra, por la que la víctima cayó al suelo.

"Mi instinto de tirarla alta es porque lo más fácil para esquivarla es agacharse", ha señalado el acusado, quien ha dicho que tras esto, el hombre cayó al suelo, "aunque no creo que estuviera inconsciente", y él sólo se acercó a la víctima para cogerle la mochila que llevaba, que dio al que creyó camarero del bar, aunque sí vio cómo el grupo "lo apaleaba con patadas y pisotones".

Ha dicho que vio a tres de los procesados participando en la agresión, mientras que al cuarto lo vio en el grupo, aunque ha asegurado que "no puedo decir al 100 por 100 que lo golpeara". Sí ha insistido en que "en ningún momento" él le pegó y ha lamentado que se marchara en ese momento del lugar. "Llevo 22 meses arrepentido por no haberme quedado allí y haber dado la cara", ha asegurado.

El procesado ha añadido que "en ningún momento por mis valores, por mis creencias y por respeto a la familia de la víctima puedo mentir" y ha dicho que no sabe por qué los otros acusados, a los que conoce del barrio, han dicho que él también participó en la agresión, en la que, ha asegurado, "había más gente" de las personas acusadas, algo que también sostiene el fiscal. DEFENSAS

La defensa de este acusado ha considerado que su cliente actuó en legítima defensa y además que concurre la atenuante de colaboración con la Policía, porque desde que fue detenido dio nombres e identificó a otras personas que supuestamente estaban en el grupo, como dos de los acusados, que en un principio fueron considerados por los investigadores testigos protegidos y luego pasaron a imputados.

El abogado de otro de los acusados ha indicado que su patrocinado está acusado por lo que "él mismo dijo" a la Policía y ha cuestionado que exista intención de matar, añadiendo que su cliente "dio nombres" a los investigadores y colaboró también desde el arresto, además de que padece una enfermedad que influye en su capacidad para discernir.

Otras dos defensas han alegado que no hay pruebas físicas ni testigos que corroboren la participación de sus patrocinados en la agresión, aunque otros coacusados sí hablan de ellos; mientras que en el caso del quinto acusado, según su letrado, ni los procesados ni los testigos le señalan, pero se le vincula por una piedra que se halló en el lugar. Esta defensa destaca la actitud agresiva de la víctima.

Según las conclusiones iniciales del ministerio fiscal, a las que tuvo acceso Europa Press, en la noche del 27 de mayo, los acusados vieron cómo el dueño de un salón de juegos situado en calle La Hoz perseguía a la víctima "pues momentos antes había intentado atracar dicho local; y ante las llamadas de auxilio, "iniciaron también su persecución".

Ya en la calle Pacífico, uno de los acusados le tiró una piedra "que impactó en la cabeza" de la víctima, provocándole que cayera inconsciente al suelo, lo que, según la acusación pública, aprovecharon los acusados "sin riesgo alguno para ellos y sin posibilidad de defensa" del hombre, ya que estaba inconsciente y había diferencia numérica.

En ese momento, según el escrito provisional del fiscal, los acusados se acercaron y golpearon al hombre "con puñetazos, patadas y piedras en la cabeza, cara y cuello", con lo que presuntamente le provocaron 15 heridas contusas, que afectaron a varias partes del cuerpo, como la parte posterior del tronco, donde fue golpeado "con una piedra de grandes dimensiones, al menos en dos ocasiones".

De todas las heridas sufridas, según el ministerio público, la más grave fue la ocasionada a consecuencia de la primera pedrada, que le podría haber provocado, de haber seguido con vida, edema cerebral y la muerte, aunque la que la ocasionó fue "la sufrida cuando era golpeado por todos los acusados" en la región cervical, que afectó a la laringe y condujo a una obstrucción de la vía aérea, "provocándole la muerte por asfixia".

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