«Me parece bien siempre que recojan su basura». Para Rosa, es «normal» que los jóvenes hagan botellón. «Tal y como están de caras las copas en los locales y la escasez de trabajos que hay, los jóvenes no se pueden permitir pagar esos precios», explica. Sin embargo, pide «más respeto por el ciudadano» y que no orinen en los portales.

Xoana Ocampo. A favor

«Así ahorras, y evitas que te den garrafón». El botellón es «una forma de estar con los amigos y poder hablar sin que el volumen de la música te lo impida», dice Xoana. Ella cree que además permite ahorrar dinero y seguridad. «En los pubs el alcohol es más caro y además no sabes lo que bebes, no sabes si te están dando garrafón», apunta.

M. Carmen Vieitez. En contra

«No me gusta que beban siendo tan jóvenes». Mari Carmen tiene un hijo veinteañero y opina que deben ponerse «límites» a la juventud, para impedir que a consecuencia de los botellones se produzcan destrozos o peleas. «A mí lo del botellón me parece fatal», resume. «Si empiezan a beber siendo tan jóvenes, pueden acabar mal», advierte.

José Otero. A favor

«Hay que concienciar a la juventud, pero no prohibirlo». El botellón no da problemas si quienes participan en él «procuran no molestar y no ocasionan destrozos en el mobiliario urbano», defiende José. Para evitar el lado negativo del botellón, «habría que concienciar a los jóvenes, para que usen los contenedores y busquen lugares apartados», propone.