Magdalena Aguado: Una vida de modelo en imágenes

Había acabado la guerra civil, y Magdalena Aguado, a sus 16 años, sentía que no servía para nada.

Medía 1,72 m, que hoy es nada, pero era mucho en tiempos de pan duro.

Magdalena con 4 años en AlbaceteY una amiga la animó: «Tú, con lo larga que eres y lo delgada que estás, ¿por qué no te metes a modelo?».

Y aquí la tienen, apuntando maneras con cuatro años, y apuntalando esas maneras a los 23 abriles, espectacular con un traje de la casa Bastida, de gran fama entonces en Madrid y en Barcelona.

En Bastida «vestía la señora de Franco, y también la hija, Carmencita, que pasó de niña feota a ser muy guapa».

Magdalena a los 23 años posa como maniquí de alta costura con capa de terciopelo y traje de tisú.Apenas le llegaban las 600 pesetas que cobraba de maniquí, «horas y horas con los tacones para crear el traje sobre nosotras».

Salario de pose por trabajar «como mulas; ahora, salíamos a la calle sin un duro, pero vestidas como reinas».

Hoy, con 82 años, dice que las modelos son «otra cosa: ¡uy!, nosotras no enseñábamos el pecho, y ellas tienen mánager.

Hay chicas preciosas; otras son esqueletos». Magdalena trabajó hasta una semana antes de casarse y ya no retomó su carrera.

Magdalena con 82 años.

Hoy disfruta la vida en una residencia madrileña con su mayor afición: «Sólo me importan los pájaros, mis amigos libres».

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