"Solo se están yendo de Tokio los extranjeros y las familias con niños", dice una española

Una niña espera tras un torno cerrado antes de coger un Shinkansen, el tren bala japonés, para abandonar Tokio.
Una niña espera tras un torno cerrado antes de coger un Shinkansen, el tren bala japonés, para abandonar  Tokio.
Diego Azubel / EFE
Una niña espera tras un torno cerrado antes de coger un Shinkansen, el tren bala japonés, para abandonar Tokio.

Poco a poco la normalidad regresa a Tokio, donde ha disminuído el peligro de radiactividad y que es considerado "un lugar seguro" por la Cruz Roja Internacional.

Jessica Claros, tiene 27 años, es malagueña, y desde hace tres años reside en Tokio. Ella es una de las personas que en las últimas horas ha cogido un tren bala desde Tokio a Osaka; pero lo ha hecho por razones de trabajo, no porque tema por su salud. Desde allí, cuenta a 20minutos.es cómo ve la situación: "Todo está calmando, algunos se están yendo, pero solo los que tienen niños pequeños, los extranjeros y algunos japoneses que regresan a sus ciudades de origen hasta que pase todo". Jessica ya se ha acostumbrado a las más réplicas constantes del terremoto, "ha habido bastantes, pero ni la mitad de fuertes que la primera", y confirma que sí se están dando algunos problemas de abastecimiento.

David Lozano, de 27 años, contaba el martes como en su barrio residencial de Tokio "se había acabado hasta el papel higiénico", pero este miércoles, en el supermercado ha encontrado comida que ayer no estaba, "había carne, aunque apenas había agua, leche, arroz y mascarillas". "No estoy preocupado, mientras no digan nada de explosiones", dice con la tranquilidad que le ha dado escuchar en la televisión nipona que "Tokio no está en peligro". Sigue sin poder contactar con la embajada española en Tokio, a pesar de haberlo intentado, y, aunque "no hay problemas para coger trenes", se queja de que "se están equivocando mucho en los cortes de luz, porque los anuncian para una zona a una hora y luego se producen a otra, o en otra zona".

En cuanto a las recomendaciones que dan para evitar la posible radiactividad, David recuerda que éstas van enfocadas a la población que reside en zonas cercanas a las centrales nucleares, "sí dicen que, en caso de lluvia, hay que evitar mojarse, y piden no encender el aire acondicionado o que nos cambiemos de ropa al llegar a casa y que nos duchemos, pero esto no es para Tokio".

Fernán Izquierdo tiene 29 años, trabaja como becario en la oficina comercial de la embajada española y narra sus experiencias diarias en el blog Los ojos de ella. En motocicleta el domingo llegó a estar a solo 100 kilómetros de la central nuclear de Fukushima; pero el martes decidió poner distancia y marcharse a Bali "porque necesitaba poder dormir tranquilo una semana". Sin embargo, tiene billete de vuelta, "espero poder regresar a Japón en una semana, porque me encanta".

Dice que todavía le cuesta expresar lo que siente: "Es un cúmulo de sensaciones, sientes algo de miedo, tampoco tanto miedo como el que tienen mi madre y mi familia; pero estás tenso, pendiente de las noticias, pasa todo tan rápido. Es una vorágine y no tienes tiempo para pensar. Es duro."

Sobre su viaje hacia la central nuclear de Fukushima, cuya situación se complica por horas, Fernán cuenta que "fue una progresión y según iba alejándome de Tokio hacia el norte, empezaba a ver las colas de los supermercados, los problemas de abastecimiento, las carreteras con grietas y embarradas...". De Tokio para abajo, todo es absolutamente normal.

Un lugar seguro

La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) afirmó este miércoles que Tokio es un lugar seguro, frente a los temores por la eventual subida de los niveles de radiactividad.

"La conclusión es que Tokio es seguro", dijo en una rueda de prensa el secretario general adjunto de la organización humanitaria, Matthias Schmale, preguntado sobre los riesgos de contaminación para la población.

"Sabemos que fuera de la zona de exclusión (30 kilómetros alrededor de la central nuclear de Fukushima) los niveles de radiactividad son manejables y no hay un riesgo global", agregó el responsable de la FICR.

No obstante, recalcó que la situación en Japón evoluciona todo el tiempo y esa apreciación puede eventualmente cambiar.

Aclaró también que no hay equipos de la Cruz Roja nacional dentro del mencionado perímetro, por lo que "no hay información de primera mano sobre lo que sucede allí".

El responsable de Comunicación Pública de la entidad, Paul Conneally, adelantó que durante "las tres próximas semanas" persistirán las dificultades en la respuesta de emergencia al terremoto y el posterior tsunami.

Ello debido a múltiples factores, como el cansancio que van acumulando los equipos de rescate, la incertidumbre sobre las consecuencias de los accidentes en plantas nucleares o los problemas para acceder a ciertas zonas siniestradas.

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