Oscar repartidos. Así nadie se enfada. Como con la 'pedrea' del sorteo de Navidad. Una pena que Javier Bardem no se llevara un pellizco. La Academia de Cine de Hollywood ha querido dejar contento a todo el mundo y ha repartido Oscar como cartas en una partida de poker. El discurso del rey tuvo una buena mano y ganó por la mínima con cuatro Oscar: mejor película, director (Tom Hooper), actor (Colin Firth) y guión original. Se impuso a la otra favorita de la noche, La red social. Natalie Portman, el 'cisne negro' del cine, se llevó el premio como mejor actriz.

La gala de los Oscar 2011 ha sido una de las más previsibles de los últimos años. Parecía Eurovisión, cuando más o menos se sabe a dónde irán los votos. La única duda era saber qué película sería la ganadora: El discurso del rey o La red social. Finalmente fue la primera la que probó el mejor trozo del pastel, llevándose cuatro premios, todos importantes. La segunda, que para muchos merecía más, se conformó con tres galardones: guión adaptado, banda sonora y montaje.

Los Oscar de interpretación estaban cantados. Colin Firth, con su rey Jorge VI, hizo buenos los pronósticos y se llevó un premio que, por otra parte, era merecido. Agradeció el galardón como si se lo esperara. Por cierto, sin tartamudear como su personaje. Serio, educado... como buen caballero inglés. Firth era demasiado rival para nuestro Javier Bardem, que no logró su segundo Oscar. El actor español sí dejó la foto de la noche al desfilar en la alfombra roja junto a Penélope Cruz. Cogidos de la mano. Siempre hay un momento rosa en estas galas.

Como mejor actriz se reconoció a Natalie Portman. Su Cisne negro bien lo valía. Otro Oscar cantado. Y merecido, sin duda. "Es una pena no poder compartir este premio con el resto de nominadas", dijo una Portman radiante. Gran premio para una sorprendente película.

The fighter tuvo también dos caramelos dulces. Los saborearon Melissa Leo y Christian Bale, que se llevaron los Oscar como mejores intérpretes de reparto. También dos premios sin discusión, sobre todo el de Bale. Por cierto, ninguna lágrima en los discursos. Lo dicho: todo previsible, nada emotivo...

El resto de la gala dejó como gran vencedora a Origen. La cinta de Christopher Nolan se llevó cuatro Oscar (fotografía, sonido, montaje de sonido y efectos especiales) dejando muy buen sabor de boca. Es una de las películas más originales que se han visto en los últimos tiempos y merecía un reconocimiento de categoría.

Mientras, la mexicana Biutiful también perdió el Oscar como mejor película de habla no inglesa. Se lo arrebató la danesa En un mundo mejor. Destacar también el reconocimiento para la cinta animada Toy Story 3 (mejor película de animación y mejor canción). Algunos piensan que se merecía más.

La gala, insistimos, fue previsible en cuanto al reparto de premios pero también en su desarrollo. La pareja de presentadores, Anne Hathaway y James Franco, cumplió. Sin más. Ella, mucho mejor que él, se mostró más natural y divertida. Franco pasaba por allí y ni su sonrisa pícara le salvó. Faltó humor (por favor, Billy Cristal, vuelve) y algo de espectáculo (sigue habiendo crisis). Con todo, mejoró el nivel de la gala del año pasado. Esperemos que esta tendencia al alza se repita en 2012.