La Asociación Andaluza de Empresarios de Bingo (Asaebin) ha apuntado que las salas andaluzas han registrado en este pasado mes de enero unas pérdidas del 30 por ciento con respecto a enero del año anterior debido a la aplicación del endurecimiento de la Ley Antitabaco, ante lo que está estudiando presentar demandas contra el Gobierno por los daños y perjuicios causados.

En una nota, el presidente de Asaebin, Fernando Luis Henar, ha explicado que tras encuestar a todos sus asociados, cuando se cumple prácticamente un mes desde la entrada en vigor de la Ley Antitabaco, las pérdidas de las salas andaluzas alcanzan un porcentaje del 30 por ciento con respecto al mes de enero del año anterior.

Asaebin estima que la "prohibición absoluta" de fumar en las salas de bingo es un "grave error" por varios motivos, ya que "la medida se implanta en un momento de grave crisis económica, con lo que la medida traerá aún más paro; además, hace poco tiempo las empresas se adaptaron a la normativa antitabaco, que se acaba de derogar, realizando grandes inversiones en acotaciones para crear espacios sin humo". Asimismo, los empresarios estiman que "en estos locales, donde no entran menores, era totalmente pacífica la coexistencia entre fumadores y no fumadores".

Ante esta situación el sector está estudiando una serie de medidas, entre ellas sumarse a las iniciativas de cierre que proponen otros subsectores afectados, como la hostelería, principalmente, y se está estudiando a través de gabinetes jurídicos especializados la posibilidad de demandar patrimonialmente a la Administración responsable "por las pérdidas ocasionadas y por las inversiones no amortizadas".

Finalmente, Fernando Henar recuerda que "incluso en países como Estados Unidos, donde las normas anti-humo son más agresivas, se permite fumar en establecimientos de juego y que, si bien el Senado, inicialmente, quiso excluir a los bingos españoles de la Ley, el Congreso de los Diputados no apoyó ninguna de las enmiendas propuestas por el Senado".

Henar ha indicado que el sector "es pesimista sobre su futuro, que en la actualidad da empleo en Andalucía a cerca de 2.000 personas, que ven peligrar sus puestos de trabajos, si no se adoptan medidas, como serían ayudas fiscales o una vuelta a la situación anterior".