Obama llega al ecuador de su mandato con promesas pendientes y mayor popularidad

  • El presidente tiene el apoyo de más del 50% del electorado, según las encuestas.
  • Se enfrenta a múltiples retos en la segunda mitad de su mandato, especialmente tras la victoria republicana en las elecciones legislativas de noviembre.
  • La Cámara de Representantes aprueba este miércoles una medida que podría servir para revocar la reforma sanitaria.
  • Obama deberá defender algunos de sus logros, rebajar la tasa de paro y cumplir promesas electorales pendientes como el cierre de Guantánamo.
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    El presidente de EE UU, Barack Obama, pinta un dibujo durante su visita a un colegio de Washington.
    El presidente de EE UU, Barack Obama, pinta un dibujo durante su visita a un colegio de Washington.
    Jonathan Ernst / REUTERS
    El presidente de EE UU, Barack Obama, pinta un dibujo durante su visita a un colegio de Washington.

    El presidente de EE UU, Barack Obama, alcanza este jueves el ecuador de su mandato alentado por una recuperación en su popularidad pero con numerosos interrogantes sobre el futuro. Y es que se cumplen dos años desde que cerca de dos millones de personas acudieron al Mall de Washington a presenciar la investidura del primer presidente de raza negra en EE UU.

    Obama vive el aniversario en un momento dulce entre el electorado. Las encuestas apuntan a que ha conseguido superar la barrera clave de popularidad del 50%, algo que no lograba desde hace meses. En parte, esta recuperación se debe a la aprobación el pasado mes de diciembre en el Congreso de una serie de medidas, como el tratado de desarme nuclear con Rusia START o un acuerdo para prorrogar recortes de impuestos, en las que buscó, y logró, el respaldo de la oposición republicana. Pero en este auge de la popularidad del mandatario también ha jugado un papel su respuesta al tiroteo de Tucson del día 8, en el que murieron seis personas y catorce quedaron heridas, entre ellas la congresista Gabrielle Giffords. Obama acudió a un servicio de homenaje a las víctimas en el que pronunció un emotivo discurso y llamó a la unión, no a las divisiones.

    El inquilino de la Casa Blanca  sigue manteniendo los grandes ideales de campaña, aunque sin los resultados esperados. El Nobel de la Paz en 2010 se enfrenta a múltiples retos en la segunda mitad de su mandato, especialmente tras la victoria republicana en las elecciones legislativas del pasado mes de noviembre. La tan ansiada reforma sanitaria, la 'joya de la corona' de su programa electoral, ha sido la primera en sufrir un revés, aunque simbólico, este miercoles. La Cámara de Representantes, bajo control republicano desde aquellos comicios, ha aprobado una medida que desmantelaría la reforma del sistema de salud, en medio de denuncias de que su revocación será un "desastre" para la economía.

    Dicha revocación, por el contrario, no tiene perspectivas de salir adelante, puesto que los demócratas aún controlan el Senado y Obama ha dado a conocer que la vetaría si llegara a su despacho para promulgarla, sí representa un indicio de cuál será previsiblemente la estrategia republicana para los próximos dos años: tratar de denegar al presidente cualquier logro. Tanto la Casa Blanca como los republicanos tienen claro que la campaña electoral para los comicios de 2012 comienza ya este mismo año.

    Otra de las promesas del mandatario que están por materializarse es la relativa al cierre de Guantánamo, algo que según ha reconocido recientemente el portavoz de presidencia, Robert Gibbs, "tardará todavía un tiempo". Sí ha llevado a cabo, no obstante, la anunciada reforma educativa, que puso fin al papel de los bancos privados en el crédito a los préstamos estudiantiles federales asegurados y ha duplicado la cantidad de becas otorgadas cada año, doblando su financiación anterior.

    En materia internacional, la actuación del Gobierno estadounidense ha pasado por la retirada de las últimas tropas de combate de Estados Unidos en Irak y una mayor presencia militar en Afganistán. Asimismo, Obama ha reiterado su compromiso con el conflicto entre israelíes y palestinos, actuando como mediador entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, con el objetivo de reactivar el diálogo de paz en la región. A destacar también es la firma de un acuerdo con Rusia para reemplazar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas de 1991, con un nuevo pacto para reducir el número de armas nucleares de largo alcance en los arsenales de ambos países en más o menos un tercio.

    Sus próximas 'pruebas'

    La siguiente prueba de fuego a la que se enfrentará el mandatario tendrá lugar la próxima semana, cuando el martes pronunciará, ante el pleno de las dos Cámaras del Congreso, su discurso anual sobre el Estado de la Unión, en el que expondrá sus prioridades legislativas para este año. Tras ello, el presidente deberá convencer con su propuesta de presupuesto para el próximo año fiscal. Sobre ese asunto se anticipa una dura batalla con los republicanos, que basaron buena parte de la campaña con la que ganaron las legislativas de noviembre en promesas de austeridad fiscal y de recorte del ingente déficit presupuestario, superior a los 1,3 billones de dólares.

    Para afrontar estos desafíos, Obama está llevando a cabo una profunda reestructuración de su equipo, donde ya ha nombrado un nuevo jefe de Gabinete, el empresario William Daley, y un nuevo asesor económico, Gene Sperling.

    De celebrarse hoy esos comicios, el presidente vencería al republicano Mitt Romney con un 51% de los sufragios, frente al 38% que obtendría el ex gobernador de Masachusets, mientras que si se enfrentara a Mike Huckabee se impondría también por un 50-31% de los votos. Si su rival fuera Sarah Palin, Obama saldría aún mejor parado, con un 56% de los votos, mientras que la ex gobernadora de Alaska conseguiría un 30%, 10 puntos menos de lo que le concedían las encuestas hace un mes.

    Para ser obsequiado con un segundo mandato, Obama deberá cumplir con una serie de requisitos básicos como una reducción de la tasa de paro, lograr el apoyo de votantes independientes y mantener el respaldo a su gestión por encima del 50%. Su nuevo equipo tendrá que reforzar los lazos con el mundo empresarial y colaborar con los republicanos para mantener la 'marca Obama'. Y el presidente tendrá que recordar a los ciudadanos por qué fueron al Mall una helada mañana de enero hace dos años.

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