Discapacitados y madres son los que más necesitan las taquillas del Metro de Madrid

  • El interfono es un engorro para mamás con carritos y sordomudos.
  • Prevén más vandalismo.
  • La empresa que gestiona el suburbano cree que "la gente se irá acostumbrando".
Una usuaria con problemas para acceder al suburbano intenta comunicarse con el personal de Metro a través de un interfono.
Una usuaria con problemas para acceder al suburbano intenta comunicarse con el personal de Metro a través de un interfono.
JORGE PARÍS
Una usuaria con problemas para acceder al suburbano intenta comunicarse con el personal de Metro a través de un interfono.

La supresión de las taquillas de la red de Metro sigue su curso, pese a la indignación de muchos viajeros. La empresa que gestiona el suburbano cree que «la gente se irá acostumbrando» a buscar al personal fuera de las peceras. Pero para muchos usuarios este cambio no será nada fácil. Los que más difícil lo tendrán son las personas con discapacidad auditiva y del habla, las madres con carritos de bebé y los mayores, según las decenas de cartas enviadas por los lectores de 20 minutos y los comentarios en la web.

Una persona sorda o ciega puede tener dificultades para comunicarse a través de un interfono, como apunta la lectora Carol: "¿Y nadie ha pensado que los mudos también viajan en metro y pueden tener problemas con el billete?".

También es un obstáculo para los papás: "Entrar en el metro con carrito es laborioso, pero se puede. Pero salir es directamente imposible porque el interfono está al otro lado de los tornos, así que tienes que dejar el carrito a su aire, cruzar el torno, buscar el interfono" y volver para recoger al bebé, según otra lectora.

Además, los viajeros creen que la falta de taquillas alentará a colarse en el metro y subirá la inseguridad. "Donde hay taquilla casi nadie se cuela y hay menos vandalismo", apunta un comentarista que se hace llamar Ex taquillero. Como muestra de ello, Luis Alberto Rosas cuenta su testimonio: "Un amigo fue atacado al entrar al metro. Al no haber taquillero, nadie le socorrió y con la paliza que le dieron no estaba en condiciones de ir hacia el interfono".

Los usuarios también lamentan la "deshumanización del transporte" y ya echan en falta el "servicio personalizado que todos valorábamos", según dice Ángeles López. "Da tranquilidad encontrar personas de verdad y no voces de ultratumba", añade Tesa.

"Bienvenidos al siglo XXI"

Pese al desconcierto, la eliminación de las taquillas no ha sido tan traumática para todos. "Si a alguien le cuesta pedir ayuda por un interfono, no está hecho para la gran ciudad. A mí me respondieron en 5 segundos y sigo vivo", dice el lector Foxy Brown. Mientras, Urbanita añade que también hay interfonos en "Renfe, parkings, urbanizaciones, centros comerciales... Bienvenidos al sigloXXI"..

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