El caos creado en toda España por el plante de los controladores que llevó a cerrar el espacio aéreo y a declarar, por primera vez en la historia de la democracia, el estado de alarma, se ha 'colado' en el discurso institucional que el presidente del Parlamento cántabro, Miguel Ángel Palacio, ha ofrecido este lunes con motivo del Día de la Constitución.

En un acto celebrado en el patio central de la Cámara regional, y al que han asistido las principales autoridades del ámbito político, económico y social de la comunidad autónoma, Palacio ha resaltado que la Carta Magna "ha servido en los últimos días para solucionar un problema de enorme magnitud que impedía a miles de ciudadanos circular libremente por el territorio nacional y causaba graves perjuicios de toda índole al conjunto de nuestro país".

Tras enfatizar que "por primera vez" se celebra el Día de la Constitución en "un ambiente excepcional" —el estado de alarma—, el jefe del Legislativo autonómico ha considerado que "podemos celebrarlo con legítimo orgullo" ya que la "tenemos una Constitución que nos protege".

"Nos desvuelve a todos los derechos que teníamos amenazados y nos coloca en situación de atajar los graves perjuicios causados y exigir las responsabilidades que haya lugar", ha resaltado el presidente del Parlamento.

Repaso por la historia del constitucionalismo

A lo largo de su discurso, Palacio ha repasado los momentos más significativos de la historia del constitucionalismo español y la evolución desde la Constitución aprobada en 1812 en Cádiz, conocida como 'La Pepa', hasta la actual, de 1978.

Se trata de un proceso que se inició hace 200 años, cuando en la ciudad gaditana "se escribió el prólogo de un libro maravilloso aún inacabado: el libro del constitucionalismo". "Allí tuvo el nacimiento de la Nación Española" porque "allí se tomó conciencia de ella", ha destacado.

Además del "nacimiento de una nueva mentalidad", la de que "la soberanía reside en la Nación", Palacio ha recordado que en Cádiz también surgieron valores, como las libertades de expresión, opinión o jurídica. Y se estableció la separación de poderes ejecutivo, legislativo y judicial, se acordó que el español fuera el idioma de todo el país y quedó "izada simbólicamente la bandera de la libertad".

"Una bandera que a pesar de haber sido arrancada y pisoteada tantísimos años, se sigue viendo en espíritu desde todos los rincones del mundo", ha sentenciado.

CADIZ,

Lugar de peregrinación para los amantes de la libertad

Por todo ello, el presidente del Parlamento cántabro cree que Cádiz debería ser un "lugar de peregrinación respetuosa para todos los amantes de la libertad y de los valores constitucionales del mundo", sobre todo para los españoles, ya que allí se gritó por primera vez "viva España".

Tras indicar que en España "la democracia no ha sido la regla, sino la excepción", Palacio ha abogado por "rendir un homenaje al pueblo español, porque ha luchado siempre por la libertad". "Y desde hace 32 años los españoles estamos caminando con paso firme y sereno por la senda constitucional", ha remachado.

Ejemplo de patriotismo válido en nuestros días

El jefe del Legislativo también se ha referido al "patriotismo" de los gaditanos que, cuando estaban sitiados, asediados y bombardeados por el ejército francés, decidieron ir a la Cortes en "un ejemplo memorable de patriotismo y de unión".

Y ha comparado esa situación con la actual, ya que su actitud puede ser "un ejemplo válido para cuando los españoles nos veamos asediados" ya no por "bayonetas enemigas" sino por "otras armas más sofisticas y más poderosas" como "las hostilidades económicas, el asedio al producto de nuestro mercado o el cerco de los especuladores financieros".

Perfeccionamiento y ampliación

Por último, Miguel Ángel Palacio ha reflexionado que la Constitución de Cádiz "no fue una obra perfecta", como tampoco lo es la de 1978, ya que el constitucionalismo es un proceso "de perfeccionamiento y ampliación".

Al hilo de lo anterior, ha deseado que "esté próximo" el día en que el proceso iniciado en Cádiz "se termine de escribir".

"El día en que una gran asamblea globalizada, con diputados y diputadas de todo el mundo, en proporciones de igualdad, y representando a los miles de millones de seres humanos que pueblan la tierra, legislarán sabiamente. Para que la tierra pueda seguir siendo un espacio amable para la especie humana. Para que toda guerra sea sustituida por la correspondiente votación libre, igualitaria y secreta. Para que las causas que provocan el hambre sean declaradas fuera de la ley y perseguibles como delitos. Para que la sola existencia de un niño, de una niña sin escuela sea motivo de un escándalo internacional insoportable", ha deseado.

Acto y asistentes

Al solemne acto del Día de la Constitución han acudido las principales autoridades de la región, encabezadas por su presidente, Miguel Ángel Revilla; la vicepresidenta, Dolores Gorostiaga; consejeros del Gobierno regional; diputados de la Cámara; senadores; alcaldes; el delegado del Gobierno en la Comunidad, Agustín Ibáñez; el presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJC), César Tolosa; la fiscal superior de Cantabria, Teresa Calvo; el rector de la Universidad de Cantabria (UC), Federico Gutiérrez Solana; o el obispo de Santander, Vicente Jiménez-Zamora, entre otros muchos.

Tras el himno de España, más de 170 músicos han interpretado la pieza musical "Sinfonía cántabra" de la compositora Esperanza Zubieta.

En concreto, ha actuado La Banda de Música del Ayuntamiento de Santander, dirigida por Vicente Fernández; la Coral Cántabra "Don Bosco", dirigida por Mari Cruz Toca; el Coro Ronda "La Encina", dirigidos por Esperanza Zubieta; el Grupo de Danzas "Nuestra Señora de Covadonga", dirigidos por José Luis Rivera; el Coro Ronda "Valle de Camargo", dirigidos por Lorenzo Lisaso y los solistas Julián Revuelta, Esther Terán, Puri Díaz, María Esther Martín, Joaquín Tagle y Rosa María Rasilla.

El acto ha finalizado con una recepción ofrecida por el presidente Palacio y los miembros de la Mesa del Parlamento a los asistentes, que han sido obsequiados con un ejemplar numerado de Cádiz, la octava novela de la primera serie de los "Episodios Nacionales" de Benito Pérez Galdós que ha sido editado por el Parlamento para la ocasión y cuya caligrafía emula la utilizada para la Constitución de Cádiz.