El rescate a Irlanda y los temores a que se contagie a las economías de Portugal y España lastraron las Bolsas europeas y en especial el selectivo español, el Ibex 35, que bajó este martes el 3,05%, su mayor descenso desde agosto (tras bajar este lunes un 2,7%).

De este modo, el principal indicador del mercado español cerró en 9.691,80 puntos, lo que le devuelve a niveles de principios de julio. Al mismo tiempo, este martes la subasta de Letras del Tesoro español -lo que le cuesta al Reino de España financiarse- ha subido hasta niveles históricos.

El mercado no termina de fiarse de que la situación de la economía española sea tan distinta a la irlandesa o portuguesa como aseguran las autoridades españolas, que este martes han seguido intentando distanciarse del resto de los países periféricos de la zona del euro.

Niveles normales

El Gobierno ha reiterado que la situación de España no es comparable a la de Irlanda y que el diferencial entre la deuda española y la alemana volverá a niveles normales, pero los analistas sostienen que los mercados están pidiendo al Ejecutivo que profundice en las reformas, entre ellas la de las pensiones.

El rescate solicitado por Irlanda no ha tranquilizado a los mercados, que temen un contagio de la crisis a otros países europeos periféricos.

Serios problemas

Según los analistas, aunque es cierto que la economía española no tiene nada que ver con la irlandesa, también lo es que presenta problemas serios como el paro, el más elevado de la Unión Europea (UE), o el alto déficit público.

Para el director general de Atlas Capital, Guillermo Aranda, "los mercados están poniendo el foco en España" y le exigen que demuestre que se está tomando en serio la situación con más reformas y más profundas.

A juicio de Nuria Álvarez, de Renta 4, el mercado exige a España que tome más medidas para atajar sus problemas, que no son tan graves como los de Irlanda, pero sí serios y numerosos.

Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Senado, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, pidió avanzar en las reformas económicas y mantener el compromiso de reducción del déficit público para recuperar la confianza de los mercados.

El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, recalcó que "no hay ninguna razón" para pensar que España vaya a resultar afectada por la situación de Irlanda, porque la economía española y el sistema bancario españoles son mucho más sólidos.

Más crítico se mostró el PP. Su secretaria general, María Dolores de Cospedal, admitió que España "no tiene una situación financiera como la irlandesa", pero avisó al Gobierno de que "hay que demostrarlo".