'Jackass': ¡Hazte daño, que me hace gracia!

  • Se rebozan en heces de perro, arriesgan su físico y sufren terror con tal de provocar carcajadas entre el público.
  • Hablamos con los creadores de 'Jackass' e intentamos descubrir por qué es tan gracioso ver sufrir a los demás.

Durante casi hora y media (y en 3D), la pantalla se llena de tipos cubiertos de mierda de perro, enanos adheridos con pegamento a sus peludos amigos e impactos a cámara lenta de objetos en rostros ajenos. Hablamos, claro, de Jackass 3D, gran éxito en EE UU y tercera entrega de una saga a punto de superar los 200 millones en taquilla.

El título no engaña: jackass significa 'burro'. Así que lo que la película muestra es a señores haciendo burradas. Pero no son tontos: uno de ellos, por ejemplo, es Spike Jonze, autor de Cómo ser John Malkovich y Donde viven los monstruos. Y el fenómeno no es aislado: televisión, animación o cine llevan años explorando la comicidad de las desgracias de otros.

La risa, algo superior

En realidad, el cine empezó así. Tras rodar a obreros saliendo de fábricas y otros temas cotidianos, la primera obra de ficción de los Lumière fue El regador regado (1895), donde un jardinero es empapado tras una travesura. Después vendrían guerras de tartas, resbalones con pieles de plátano o tablones de madera convertidos, al girar su porteador, en un arma.

Para Enrique Gallud, profesor universitario y autor de diversos libros y ensayos sobre el humor, "hay muchas teorías sobre por qué nos reímos, pero la primera es de Aristóteles. Decía que la risa surge de la sensación de superioridad: todos nos cree-mos mejores que los demás, y al ver a otro sufrir algo desagradable, pero evitable, sentimos que a nosotros no nos habría ocurrido lo mismo porque somos más listos".

La Teoría de la superioridad de Aristóteles asegura, pues, que al reírnos del otro afirmamos de una manera más o menos orgullosa nuestro yo. También el francés Henri Bergson, Premio Nobel de Literatura en 1927, explicó que el ser humano se ríe sobre todo de lo que se le presenta como una deformación o caricatura de sí mismo, pero le da una vuelta de tuerca al asunto enlazándolo con la agresividad y nuestra forma de vivir en sociedad.

Atados por convenciones y leyes, nuestra única forma de liberar violencia, miedo y sadismo es a través de la risa. La adrenalina que nuestros antepasados liberaban con garrotazos a nosotros se nos escapa cuando a un amigo se le mancha la camisa. En resumen: que en vez de declarar la guerra a Francia, inventamos chistes sobre franceses.

En el caso de Jackass 3D, El Coyote y el Correcaminos, programas históricos como Humor amarillo o los más recientes Quién dijo miedo o La biblioteka, al componente de sadismo se le une, por supuesto, la sorpresa, otra de las fuentes de las que bebe y surge el humor. Lo decía, por ejemplo, Schopenhauer, al explicar que lo risible está en la paradoja, en la cosa incrustada en un concepto que no le corresponde. Cuanto mayor sea la incompatibilidad entre lo esperable y lo ocurrido, más gracia nos hace.

Freud lo termina de explicar asegurando que, como el sueño, la risa nos libera, la represión desaparece y se convierte en actividad transgresora. Por eso los niños celebran tanto los chistes sobre tabúes, como la caca o el pis, y a nosotros nos divierte tanto ver a adultos hacer gansadas y sufrir sus consecuencias. Así que tranquilos: sin poder asegurar que está bien reírnos de los demás, sí se confirma que, al menos, sabios de todas las épocas lo explicaron y disculparon.

"Nuestra droga es la estupidez"

Johnny Knoxville, protagonista de Jackass 3D, es un tipo muy divertido y en un magnífico estado de forma. Así soporta protagonizar todo tipo de penurias en películas como Jackass 3D, estrenada el viernes en España. Lo cuenta:

¿De dónde sacan estas ideas? Esta película fue más fácil que las otras: estamos entrenados. Respecto a mí, puedo decirte que siempre me encantaron los dibujos animados.

<p>Johnny Knoxville</p>¿Qué veía? Adoraba a Tom y Jerry: sobre todo, sus guerras domésticas con utensilios de la casa. También a Los Tres Chiflados y a Buster Keaton, aunque mi gran ídolo infantil fue mi padre.

¿Era tan gamberro de niño? Tan malo que podría hasta definirme como podrido. Además, mi padre y mis hermanas mayores me instigaban a hacer cosas cada vez peores.

¿Cómo empezó todo esto? No es por dinero: nos juntamos un grupo de colegas a los que nos hacían gracia estas cosas y, por suerte, también le gustaron a otra gente. Por eso tampoco sé cuánto tiempo durará: mientras nos divierta, seguiremos adelante.

¿Consumen alguna sustancia que les ayude a crear gags o, simplemente, a soportarlos? ¿Tienes algo por ahí escondido? No: sólo estupidez y adrenalina. Sobre todo la primera, y después irnos de bares.

"A mandíbula batiente"

Jeff Tramaine es el director de Jackass 3D.  Un tipo con aspecto campechano , pero muy malvado con sus compañeros del grupo. Así explica su éxito:

¿Cómo sienta hacerse rico por hacer burradas con amigotes? Cuando empezamos a trabajar en la tele pensamos que nos echarían a los dos meses, pero diez años después tenemos un éxito increíble. Esto lleva mucho trabajo, aunque pueda no parecerlo, pero por supuesto que hacer algo que te gusta a ti y al público es para sentirse muy afortunado.

<p>Jeff Tremaine</p>¿Lo harán toda la vida? Ni nos lo planteamos. Nos conocemos desde hace 20 años y no hacemos planes a largo plazo, ni dejamos material para próximas películas. Somos como una familia: nos queremos mucho, pero no sabemos cuándo volveremos a vernos.

¿Cuál es la lesión más ridícula que ha sufrido uno de ustedes? Recuerdo un gag en el que sepultamos a Knoxville bajo toneladas de penes de plástico: uno de ellos fue disparado con tanta fuerza que le rompió un diente. Gracias a nosotros, muchos dentistas trabajan.

¿Se valora lo suficiente hacer reír a la gente? Puede que no, pero lo que nos motiva de verdad es que la gente se ría. Y creo que el éxito brutal que hemos tenido es por eso: la gente necesita reírse, y a mandíbula batiente.

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