Cinco furgonetas de la Policía vasca accedieron a la plaza del Ayuntamiento desde la que tenía previsto salir la protesta a las 19.30 horas y en la que se congregaron unas mil personas.

Agentes de la Ertzaintza, provistos de material antidisturbios, estuvieron negociando durante 20 minutos con los organizadores de la marcha sin que ésta iniciara su recorrido. Transcurrido ese tiempo, uno de los promotores de la manifestación indicó por megafonía a los asistentes que la marcha había sido prohibida por un auto del juez Fernando Grande Marlasca, les dijo que su intención era llevar a cabo una movilización silenciosa y les pidió que no cayeran en "provocaciones".

Este último, que encabezó la protesta, ha instalado una cristalería bajo la vivienda de la viuda de Baglietto, la concejal del PP en Azkoitia, Pilas Elías, tras lo cual la Audiencia Nacional ordenó investigar el patrimonio de los dos ex etarras para proceder al embargo de sus bienes, ya que en su día se declararon insolventes para pagar la indemnización a la familia del asesinado.

La manifestación, que se desarrolló en absoluto silencio, pasó por delante de dicha cristalería y, por tanto, por la casa de Pilar Elías. Los asistentes regresaron de nuevo al punto de partida, donde celebraron un acto político, en el que intervino Azpiazu para agradecer en su nombre y en el de Iñaki Zuazolazigorraga las muestras de solidaridad recibidas.

El departamento vasco de Interior, por su parte, aseguró "no tener nada que decir" sobre la celebración de esta manifestación en Azkoitia.

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