A pesar de que ha respondido a millones de ellas, Ana asegura que se divierte en cada entrevista que concede. Viva, despierta y sonriente. Tanto como reza el título de su último disco.

¿En qué ha invertido los últimos años de su vida?

En disfrutar de mí y de mis momentos. No me gusta ir deprisa, prefiero hacer las cosas con calma y tiempo.

Sonrisa es un disco muy positivo. ¿Está viviendo un momento particularmente feliz?

Sí, y llevo así ya una buena temporada, afortunadamente. Una va estando más contenta con cómo es, simplificando más las cosas... Ése es un poco el secreto. Y creo que ya hay bastantes cosas negativas en el mundo. Si puedo contribuir a hacer a alguien un poco más feliz, me doy por satisfecha.

Hace dos años sufrió un durísimo accidente de tráfico. ¿Cuánto le influyó en su actual estado vital?

Una experiencia así te da ganas de vivir, de eso no hay duda. Siempre he sido positiva, y en este caso sentí que se me había dado otra oportunidad para vivir cada minuto como si fuera el último. Porque puede serlo.

Para este disco ha contado con compositores tan dispares como Miguel Bosé o Nena Daconte. ¿Cómo se le da unidad a cosas tan diferentes?

No están tan lejos como cabría pensar. Uno se acerca a la gente con la que tiene más afinidad. Muchos de ellos son grandes amigos, gente con la que apenas tengo que hablar para que sepan lo que quiero transmitir en una canción.

Cuénteme su secreto para estar igual que hace 20 años.

(Risas). Hay algo de genética, mucho deporte, y sobre todo, estar a gusto con uno mismo. Eso es algo que se nota externamente.

¿Nada de cirugía?

No, todavía no. No sé si pasaré, me da un poco de yuyu. De todas formas creo que hoy día hay cosas menos agresivas que una cirugía.

¿Qué hubiera sido de Ana Torroja si hubiera terminado la carrera de Económicas?

Lo único que sé es que no la hubiera terminado. Aquello no era lo mío. No me veía a mí misma ejerciendo un trabajo rutinario, yendo a una oficina y viendo todos los días las mismas caras. Necesitaba sentirme libre.

¿Lo consiguió?

Sí. Porque aunque la música también tiene su rutina, estás cambiando de lugar constantemente y viendo a gente distinta. Y al final, la gente es lo importante.

¿En qué ha cambiado desde los tiempos de Mecano?

He evolucionado y aprendido mucho, especialmente a tener más seguridad en mí misma y a saber decir que no.

¿Y la música? ¿Qué echa de menos de aquellos años?

La explosión de creatividad, la frescura. Es algo que no ha vuelto a ocurrir, pero lo hará.

Pese a la fama, siempre fue discreta. ¿Cómo se consigue pasar desapercibida cuando su voz ha llegado a 25 millones de hogares?

Si es lo que quieres, se puede conseguir. Si te haces respetar, la gente te respeta. Uno puede elegir no ser carne de revistas del corazón.

¿Cansada de que le pregunten por una posible vuelta de Mecano?

Es inevitable. Y en cierto modo entiendo que las canciones siguen vivas y la gente tiene ganas de volverlas a oír en directo. Nunca hemos cerrado la puerta a un regreso, lo que pasa es que nos vamos liando, cada uno con nuestras cosas... De hecho, esta pregunta siempre me la hacéis cuando acabo de sacar un disco, por lo que es algo que ni siquiera puedo plantearme.

Nació en Madrid en 1959. En 1980 formó Mecano junto a Nacho y José María Cano, con los que vendió 25 millones de discos. Ha publicado cinco álbumes en solitario.