El Real Madrid se desahoga con una goleada ante el Espanyol en el Bernabéu

  • El equipo de Mourinho sigue sin brillar e incluso escuchó silbidos.
  • Cristiano, Higuaín y Benzemá consiguieron los tantos (3-0).
  • Pepé fue expulsado por doble amarilla y Galán, por roja directa.
  • Estadísticas del partido.
Higuaín y Cristiano se abrazan tras un gol del argentino.
Higuaín y Cristiano se abrazan tras un gol del argentino.
EFE
Higuaín y Cristiano se abrazan tras un gol del argentino.

Van pasando los encuentros y el Real Madrid no termina de arrancar. Gana, de eso no hay duda, y defiende (de eso tampoco), pero el equipo no ejerce como tal. También marca, pero lo consigue a la larga, cuando el partido no ha sido suyo y sin llenar del todo a la afición.

A la cuarta jornada y ante un valiente Espanyol (3-0) despidieron la angustia Cristiano Ronaldo, Higuaín y el suplente Benzemá. Y más vale que esa ansiedad e individualismo exagerado llegue a su fin con estos tantos, pues el Real Madrid pierde potencia en su esperpéntica lucha de egos. Incluso roza en ocasiones el ridículo, ya que el talento de todos ellos se multiplicaría si unieran fuerzas (véase segundo gol, el de Higuaín a pase de Cristiano).

Mourinho volvió a apostar por el músculo de inicio, incluso en su casa, con Lass junto a Xabi Alonso. Como en los viejos tiempos. Y lo cierto es que el francés, voluntarioso en su intento de gustar, frenó de inicio al tolosarra como en noches pasadas. Insiste en circular y construir, además de defender y ayudar, y eso termina pagándolo el conjunto en creación y equilibrio.

Entre tanto entusiasmo, avisó primero el Espanyol, demostrando que el Santiago Bernabéu todavía ni asusta ni aprieta al rival, pero sí pita al local cuando las cosas no gustan (por derecho). Bien plantado sobre el césped y con disciplina, los de Pochettino pudieron abrir el marcador si una volea del ex madridista Callejón, vetado durante dos años por los blancos, hubiera ido entre los tres palos de Casillas.

Susto y sensación extraña. Tocaba réplica y no podía ser otro que Di María, el mejor de los recién llegados hasta la fecha, el que generaría las mejores ocasiones. La primera, al instante, tras un rápido contragolpe madridista llevado por Özil, con un disparo centrado. Y la segunda, tras driblar a un par de defensores y un nuevo disparo demasiado cruzado. Tiene chispa.

Mientras tanto, Cristiano Ronaldo e Higuaín hacían su partido, su guerra, su monólogo... Apenas se miran a la cara y mucho menos se cedían el balón por entonces. Rencillas pasadas en un nuevo proyecto, deben pensar muchos.

Por suerte o por decisión arbitral, allá cada uno, Cristiano pudo ser el primero de los dos en romper la sequía en la Liga. Clos Gómez señaló penalti en un lanzamiento de falta del portugués, que se estrelló en el brazo de Luis García. Voluntaria o involuntaria, el luso no perdonó, por dos veces (mandó repetirlo), y respiró. Seguro que Valdano también. Y el madridismo.

Mala imagen, pese a los goles

Ni siquiera la charla de Mourinho sirvió para despertar al equipo tras el descanso. Era el Espanyol el empeñado en agradar y arrancó con fuerza en la reanudación. Tanta que Casillas tuvo que esmerarse en dos ocasiones, ante Verdú y Callejón, para evitar el empate.

Las alarmas saltaban también cuando ese equilibrio defensivo del que alardea Mourinho se venía abajo y se consumaba con la expulsión de Pepe, por doble amarilla, en apenas dos minutos.

Temblaba la victoria del Madrid y también la imagen, con algún que otro silbido desde la grada, aunque esa sensación duró exactamente dos minutos: Galán vería la roja directa tras una dura entrada sobre Cristiano en el centro del campo. ¿Era roja? ¿Lo fue porque ser Cristiano? ¿Era compensación a la expulsión de Pepe? ¿Tiene algo que ver con la protección a los grandes futbolistas? ¿No se está perdiendo el norte y se está olvidando que esto es fútbol?

Más allá de las incógnitas ajenas al propio partido, el equipo blanco espabiló, como era de esperar. Debe jugar, gustar y ganar con goles, porque puede y tiene recursos, más allá del corazón de otras épocas.

Mourinho quitó a Özil y a Di María y puso a Khedira (más músculo) y a Arbeloa. La presión creció y Xabi Alonso se liberó. Así llegaría el premio a la insistencia de Higuaín sobre la meta de un grandioso Kameni, al que batió a la tercera que tuvo en la segunda parte, gracias a una buena asistencia de Cristiano. Por fin hubo cordura y efectividad.

Hasta Benzemá, sustituto de Higuaín tras su gol, se sumó al 'festival de reencuentros' con el tercero de la noche, revolviéndose con clase dentro del área y batiendo por bajo del portero camerunés.

Ficha técnica:

3 - Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo; Lass, Xabi Alonso; Cristiano Ronaldo, Özil (Khedira, m.64), Di María (Arbeloa, m.64); e Higuaín (Benzemá, m.84).

0 - Espanyol: Kameni; Chica, Galán, Forlín, David García (Dídac, m.46); Duscher, Molina, Verdú, Callejón (Callejón, m.85), Luis García; y Sergio García (Álvaro Vazquez, m.73).

Goles: 1-0, m.29: Cristiano Ronaldo de penalti. 2-0, m.83: Higuaín. 3-0, m.87: Benzemá.

Árbitro: Clos Gómez (colegio aragonés). Amonestó a Carvalho (15) y Marcelo (23) por el Real Madrid. Expulsó a Pepe por doble amonestación (56 y 61) y a Forlín (83 y 88), y por roja directa a Galán (63) tras una entrada a Cristiano.

Incidencias: encuentro correspondiente a la cuarta jornada de Liga, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 70.000 aficionados.

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