Según informó la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, la investigación comenzó en la madrugada del pasado día 24 cuando una mujer se presentó en la comisaría de policía de Sant Boi y denunció que su marido había sido secuestrado el día anterior a la salida del trabajo.
La mujer explicó que había recibido la llamada telefónica de un hombre desconocido con acento árabe comunicándole que tenía a su marido, que no llamara a la policía y que el lunes hablarían de dinero. Poco después, la mujer recibió una llamada de su marido que confirmaba su secuestro y en la que le pidió que no avise a la policía, aunque ya controlaba el teléfono.
A lo largo del día 24, la esposa del empresario recibió más llamadas, desde el teléfono móvil de su esposo y de otros con identidad oculta, en las que le concretaron que la cifra a pagar por su liberación era de seis mil euros.
Además, su marido le informó de que, tras haber negociado con sus secuestradores, había podido rebajar la cifra inicial que era de doce mil euros. La policía dispuso entonces el control de los lugares donde se debían efectuar las entregas del dinero, pero nadie intentó recogerlo.
Apareció tres días después
Sin embargo, en la madrugada del pasado día 27 el marido se personó en su domicilio y aseguró que había sido liberado en una gasolinera próxima tras ser retenido durante tres días por dos personas de raza negra en un lugar desconocido.
Según la policía, tras ser sometido a varios reconocimientos para comprobar su estado de salud, se reafirmó en las circunstancias de su secuestro y facilitó datos de las personas que presuntamente le habían retenido y de los medios y lugares utilizados para secuestrarle.
En el día de ayer, el presunto secuestrado fue interrogado en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía sobre todas las circunstancias que rodeaban el hecho y relató cronológicamente los detalles y circunstancias que concurrieron durante su cautiverio hasta llegar a su domicilio.
Sin embargo, la presión del interrogatorio policial consiguió que finalmente el empresario confesara que todo lo dicho era falso, por lo que fue detenido por haber simulado su propio secuestro. Según informa hoy El Periódico de Catalunya, el detenido se contradijo y acabó confesando que todo era mentira, y que se había inventado el secuestro presionado por otra mujer.
Dicha persona fue interrogada ayer, aunque explicó que no sabía que el empresario y hombre al que amaba tuviera otra familia.
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