La autovía A-23 Zaragoza-Huesca, la autopista AP-2, que discurre por el valle del Ebro, y la carretera N-2 hacia Barcelona van a ver reforzados sus controles desde hoy, con mayor presencia de agentes de tráfico.
Éxodo hacia la nieve
A lo largo de esta tarde y de mañana por la mañana se prevén los mayores aumentos de tráfico, lo que coincidirá con un empeoramiento del tiempo y de las condiciones de las carreteras.
En toda la zona norte de Aragón, sobre todo, es donde los responsables de Tráfico cuentan con que se produzcan mayores dificultades porque se esperan nevadas de cinco a diez centímetros a partir de los 800 metros de altura. Precisamente, buena parte del éxodo zaragozano de fin de año se canaliza hacia el Pirineo en busca del esquí.
Los agentes de Tráfico, además de reforzar su presencia, cuentan con la implantación de cuatro nuevos radares fijos en rutas aragonesas. Respecto a los controles de alcoholemia en Nochevieja, fuentes de la Delegación del Gobierno indicaron que se establecerán los normales de fin de semana.
Carretera cortada y cadenas
La carretera A-1605 Graus-Montanuy, a través del valle del Isábena, y cuyo arreglo fue inaugurado el pasado día 7, quedó cortada en la madrugada de ayer por un gran desprendimiento de tierra en el km 38, junto a Beranuy. El enlace alternativo ha de realizarse por Benabarre. Por otro lado, numerosas carreteras secundarias de Teruel requieren cadenas.
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