BIO Nació en Albacete hace medio siglo. Empezó en el mundo de la música con 17 años, pero no fue hasta 1981 cuando grabó su primer disco, con Los Rápidos. Voz y cara visible de El Último de la Fila, banda que se separó el 13 de enero de 1998, suma tres discos en solitario. Vive en Barcelona.

Nos sentíamos con ganas de continuar y me fui engañando para preparar algo. En dos segundos lo tenía.

Hay versiones de clásicos y canciones nuevas.

Las versiones son para colar más textos porque tengo incontinencia verbal. Hacerlas es como pelearme conmigo mismo.

La caja parece una de Juan Palomo. Ha hecho hasta los dibujos.

Me realimenta. Es como salir a tomar el aire, fumar un cigarro... Al volver se ve que lo que se hacía estaba mal.

¿Aún le gusta subirse al escenario?

¿Cómo aún? Me gusta más que nunca. Es muy gratificante que con la edad vayas apartando la paja y te quedes con el grano. Ahora ya voy a lo que voy.

¿De qué se va a los 50?

A disfrutar de los instantes, de la comunicación. No me interesa estar solo. Me inspiro en el bar, tomándome un carajillo. Muchas canciones me salen callejeando.

¿Qué le parece esta Barcelona que dicen que es de puro diseño y multa a prostitutas?

Es irreal y casposo. Barcelona ha sido una ciudad obrera y de izquierdas, muy concienciada por la justicia social. Antes que multar habría que dar cultura.

¿Cuál es su lema preferido?

Tengo muchos. Lo importante es participar, es uno de los que me gustan. Y hay que luchar por la dignidad.

¿El top manta o los cantantes prefabricados de la tele hacen daño a su profesión?

Pace que entre tanto montaje y oferta prefabricada lo auténtico brille más.

¿Le molesta que los cantantes callejeros le cojan temas?

No, me parece muy simpático. Las canciones dejan de ser tuyas para ser de quienes las quieran tomar.

¿Qué le atrae de las rancheras?

El desgarro amoroso. Hablan de traiciones, deslealtades, amores demasiado o no correspondidos. Un lío amoroso que me deja perplejo (ríe).

¿Hará otros géneros?

La ranchera es una anécdota. Soy músico de pop-rock.

¿Resucitará El Último de la Fila, aunque sea sólo en CD?

No. Quimi (Portet) y yo no nos necesitamos musicalmente. Volver sería como rebañar un plato, y eso sería  pura gula.