Ambientazo en la Feria de Santo Tomás con sol y frío

Miles de personas abarrotaron un año más el Casco Viejo bilbaíno. No faltó la música, el txakolí y el tradicional talo con chorizo. Pero sin animales.
Además de ver y comprar productos agrícolas de todo Vizcaya, los asistentes a la Feria pudieron degustar el tradicional talo con chorizo, acompañado de un vasito de txakolí.
Además de ver y comprar productos agrícolas de todo Vizcaya, los asistentes a la Feria pudieron degustar el tradicional talo con chorizo, acompañado de un vasito de txakolí.
Miguel Toña y G. A.
Además de ver y comprar productos agrícolas de todo Vizcaya, los asistentes a la Feria pudieron degustar el tradicional talo con chorizo, acompañado de un vasito de txakolí.
Al contrario que el año pasado, el buen tiempo, aunque frío, acompañó ayer a  los miles de vizcaínos que se acercaron al  Casco Viejo bilbaíno para disfrutar de la Feria de Santo Tomás. A las 9.00 h comenzó la jornada, cuando los puestos empezaron a abrir y a ofrecer sus productos. A media mañana, El Arenal, la Plaza Nueva y la parte trasera del Arriaga ya estaban atestados de gente.

Juerga continua

Unos se dedicaban a comprar, otros se solo miraban, pero la mayoría se paraba a comer el tradicional talo con chorizo acompañado del vasito de txakolí. «Es fundamental para aguantar toda la jornada», decía un joven que llevaba desde las 11.00 h dando vueltas entre los puestos acompañado de unos amigos.

«Compramos unas botellas de sidra y estamos todo el día por aquí», comentaba otro grupo de chavales. Y es que cada año más gente joven se acerca a conocer y a disfrutar del mercado. «Se ha convertido en una fecha clave del calendario festivo. Mientras no trabaje, vendré todos los años», explicaba un estudiante que se ha convertido en un fijo de esta fiesta prenavideña.

La música amenizó durante todo el día a los numerosos asistentes al mercado. En los escenarios situados en El Arenal y en la Plaza Nueva se sucedieron conciertos de música popular vasca, con txalaparta, trikitixa, etc. También varios grupos iban animando a la gente que se agolpaba junto a los expositores. No faltaron los mimos, que aprovechan cualquier evento multitudinario para aparecer, e incluso una pareja de amigos se puso a tocar en mitad de la calle Viuda de Epalza con una guitarra y una batería.

Sin animales

Por primera vez, en la edición de este año no se expusieron animales vivos en la feria de Santo Tomás, algo típico hasta ayer. No obstante, quien quiso no se quedó sin su tradicional capón. Alguno de los productores ofrecía un número de teléfono para poder comprarlo en el propio baserri.

‘Txapeldunes’... los de casi siempre

Como cada año, la BBK otorgó ayer los premios Santo Tomás a los mejores productores vizcaínos, seleccionados por un jurado compuesto por integrantes de los puestos presentes en la Feria. El premio a las mejores hortalizas fue a parar a Adela Andikoetxea, de Urduliz, que ya ganó el año pasado; en la categoría de frutas también repitió José Etxeberria, de Gatika; lo mismo que Patxi Baskaran, de Markina, en quesos; el premio de txakolí blanco se lo llevó José Luis Larrabe, de Lezama; txakolí rojo, José Domingo Txabarri, de Zalla; txakolí beltza para Maximiliano Agirre, también de Lezama; miel a Andoni Nuñez (Bilbao) y plantas y flores a Juan Martínez de Morentin, de Zamudio.

La feria en cifras

 280 puestos se repartieron entre El Arenal, la Plaza Nueva y la trasera del Arriaga.

152 productores agrícolas presentaron ayer sus productos en la Feria

14 expositores de Comercio Justo con los países del Sur

1,5 euros de diferencia había entre unos talos y otros; entre 4 y 5,50 euros

5 euros costaba la botella de txakolí

Los que compran...

Marta Ayora Periodista, 36 años.

«Trabajo en Barcelona, pero siempre vengo a Bilbao a pasar las navidades. Bajo al Casco el día de Santo Tomás para ver el ambiente y comer un talo con chorizo. Hoy he estado dos veces, primero con mi madre y después, con una amiga».

Mikel Agirre Estudiante, 21 años.

«Suelo acudir todos los años a la Feria porque me gusta mucho. Vengo con mi grupo de amigos, compramos unas botellas de sidra, comemos talo y nos estamos todo el día por aquí. No solemos comprar otros productos, pero lo pasamos bien».

Leticia Sánchez Dependienta, 26 años.

«Siempre vengo, unas veces por la mañana, otras por la tarde, e incluso alguna vez por la noche, a lo que quede en el Casco. Suelo darme una vuelta por todos los puestos para ver lo que hay, aunque al final lo único que compro es sidra y talo con chorizo».

...y los que venden

Iñaki Zarate Txakolí, de Lezama, 45 años.

«Es el tercer o cuarto año que ponemos el puesto. Hay más o menos la misma gente que el año pasado. De momento las ventas van un poco flojas, pero esperamos que remonte a lo largo del día, aunque solemos vender más por la mañana».

Eli Ingunza Quesos, de Urkiola, 40 años.

«Este año ha empezado a venir la gente muy temprano y está esto muy animado. Yo llevo un montón de años viniendo y el peor fue el pasado, por la cantidad de lluvia que cayó. Aún así la gente vino y compró. Espero que hoy pase lo mismo».

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