Una procesión que se baila

En Benaocaz el patrón sale a la calle y comienza el escándalo: San Blas cuesta arriba, San Blas cuesta abajo y San Blas arrasando con todo lo que se encuentra a su paso... bailando. Una fiesta con siglos de tradición que cada vez le importa a más curiosos. Pequeño pero marchoso este santo levanta el ánimo a cualquiera. Por eso visita a enfermos del pueblo a ritmo de charanga. No hay ritmo que se le resista a este San Blas que vive así su gran fiesta. Una procesión que se aleja de lo clásico y solemne, pero que se acerca a cada vez más feligreses.