La estancia en Cuenca de Ventura Rodríguez, con motivo de la transformación del Altar Mayor (1752) y de la Capilla de San Julián, convierte el claustro en la obrería de la Catedral, quedando éste definitivamente cerrado al uso hasta nuestros días.

Construido en el siglo XVI, el proyecto acometido permitirá dar a conocer un claustro que es coetáneo con el Monasterio del Escorial, de ahí la explicación de su estilo y sus formas. Además, uno de los aspectos más relevantes de esta restauración es la conexión entre la iglesia y el claustro a través del Arco de Jamete. Una pieza renacentista que daba gran relevancia a la entrada al claustro.

Fue en 2002 cuando el Gobierno de España decide acometer su restauración conforme al Plan Director de la Catedral de Cuenca, que data del año 1998. El proyecto, redactado por encargo del Instituto del Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Cultura, contemplaba también la consolidación del cuerpo superior de la Torre Linterna. Las obras, que se han llevado a cabo entre enero de 2008 y octubre de 2009, han supuesto una inversión de 2.112.473,77 euros

El claustro configura un cuadrado casi perfecto en uno de cuyos extremos se apoya la Capilla del Espíritu Santo, una pieza magnífica cuya recuperación también requiere ser acometida puesto que se encuentra en ruina debido a la grave situación de deterioro de la cubierta.

Coincidiendo con este acto se presentó también el libro 'La Catedral de Santa María, tres décadas de intervenciones para su conservación', cuyo autor, Joaquín Ibáñez, es un de los arquitectos que han participado en la restauración del claustro de la catedral.

Editado por la Fundación ACS, esta obra pretende ser "un instrumento para el mejor conocimiento de la catedral de Cuenca", como apuntó Ibáñez. En este punto, el director de la Fundación, Francisco Menor, aseguró que la puesta en valor de este edificio "contribuirá activamente al desarrollo turístico y cultural de Cuenca y su provincia".

Para el obispo de Cuenca, monseñor José María Yangüas, la Catedral de Cuenca constituye "el documento más completo en el que se refleja la historia de la ciudad. La expresión en piedra, lienzos, imágenes, orfebrería, pergaminos de la vida centenaria de la ciudad". Es, en definitiva, "el símbolo vivo de la ciudad".

En este contexto, mostró su compromiso de dar continuidad a otros trabajos que tengan como objetivo "distintas partes dolientes de este hermoso cuerpo vivo, vivo en piedra, que es la Catedral de Cuenca".

El alcalde de Cuenca, por su parte, Francisco Javier Pulido, destacó la restauración del Claustro de la Catedral supondrá un nuevo atractivo turístico, aplaudiendo el trabajo realizado por los arquitectos responsables del proyecto, según informó el Ayuntamiento en nota de prensa.