Al mismo tiempo que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha dicho ser partidario de que se prohiba el burka en el en el trabajo y las administración públicas, el pleno del Ayuntamiento de Lleida ha anunciado que debatirá la semana que viene una propuesta de CiU para modificar la ordenanza de civismo con el fin de prohibir el uso del burka y del niqab en los espacios públicos de la ciudad. CiU considera que estas prendas son un obstáculo para la integración de la mujer en la sociedad y atentan contra su dignidad.

El burka es una túnica que tapa a la mujer completamente, de pies a cabeza, y que tiene una rejilla a la altura de los ojos para permitir la visión; el niqab sólo deja al descubierto los ojos.

El grupo municipal de CiU cree que la presencia en Lleida de representantes del salafismo, una doctrina islámica ultraortodoxa, "ha facilitado la difusión de prácticas que no son compatibles con los valores de la igualdad de género y el respeto a la dignidad de la mujer. Por ello, considera imprescindible que el gobierno municipal modifique la ordenanza de civismo del 2007 que regula la actividad de las personas físicas y jurídicas en el espacio público para poder llevar a cabo la prohibición de la utilización del burka o del niqab por la calle", señala la formación.

El alcalde de Lleida, Ángel Ros, ha explicado que el anuncio de la moción de CiU llega después de que él mismo se posicionara públicamente en la polémica sobre el uso del velo islámico señalando la necesidad de establecer límites. En su momento, Ros dijo que, "partiendo del respeto a las identidades culturales pero teniendo en cuenta la necesidad de integración de las distintas comunidades a la cultura de nuestro país, hay símbolos, como determinados tipos de velos religiosos, que claramente tienen una finalidad de destacar una desigualdad de derechos por razón de género entre hombre y mujer".

Para Ros, el hecho de que una mujer tape su cara no deja de ser una señal de diferencia y desigualdad. "Creo que debe hacerse un trabajo importante, también con los líderes religiosos de determinadas comunidades, para que algo que nos ha costado tanto conseguir, que es la plena igualdad, sea respetado por todas las culturas. No podemos renunciar a los avances de nuestra sociedad y a los derechos de igualdad y libertad", manifestó.