Sin haber dejado reposar la polémica surgida en la Comunidad de Madrid por el caso Najwa, a la que se la prohibió acudir con 'hiyab' al colegio, ahora el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, se muestra partidario de prohibir el uso del burka, la vestimenta utilizada por algunas mujeres de creencia islàmica que cubre totalmente su cuerpo, en las administraciones públicas y en el trabajo.

Era uno de los aspectos que estaban a debate en la opinión pública, la prohibición del burka y el significado que tienen otros prendas que no se libraron de la polémica como el crucifijo o el pañuelo 0 'hiyab'. A este respecto Celestino Corbacho ha declarado que "si voy por la calle y veo que alguien lleva una cruz sé que esa persona es cercana a la religión cristiana. Si el símbolo de unas creencias religiosas es un pañuelo en vez de una cruz, me parece muy bien, pero otra cosa es el burka. No me imagino a una persona trabajando en nuestro mercado laboral o desarrollando una actividad pública con el burka".

Totalmente posicionado en contra del burka, de éste ha dicho que "va un poco más allá de una identificación religiosa de una persona con una creencia. No estoy de acuerdo con que una persona pueda trabajar con burka en el Ayuntamiento de Lleida, por ejemplo. Si ahora no hay ninguna norma que lo prohíba, creo que el consistorio debería hacerla. Ahora bien, yo no prohibiré a nadie que lo lleve en su casa".

El titular de Trabajo ha señalado también que aunque se debería debatir en profundidad sobre la prohibición del burka, a su entender debe haber unas "normas mínimas".

"Soy respetuoso con las creencias individuales pero ocultar a la mujer por completo a través de una vestimenta, por mucha simbología religiosa que tenga eso, es un choque radical con nuestra sociedad y para el avance de la igualdad entre hombres y mujeres. Son valores de nuestra sociedad que no pueden entrar en retroceso", ha concluido el ministro de Trabajo.