La Galería Municipal Bratislava (Eslovaquia) acoge desde mañana la exposición 'Pintura Canaria del siglo XX'

La exposición 'Pintura Canaria del siglo XX', un proyecto de SpainArt-Asociación para la Promoción del Arte Español y el Intercambio Cultural, respaldado por el Gobierno de Canarias en el marco del programa Septenio, se inaugura mañana en la Galería Municipal de Bratislava (Eslovaquia).
Óleo De Jorge Oramas.
Óleo De Jorge Oramas.
CEDIDA.
Óleo De Jorge Oramas.

La muestra pictórica está comisariada por los historiadores del Arte Fernando Castro Borrego y Pavel Stepanek, según informó el Gobierno canario en un comunicado. Hasta el 21 de junio se podrán contemplar las 70 obras de 16 artistas isleños en la capital eslovaca, para posteriormente, durante julio y agosto, instalarse en el Nuevo Ayuntamiento de Praga (República Checa).

Con el objetivo de contribuir al mejor conocimiento de una realidad de las islas distinta a la de un paraíso turístico, SpainArt muestra con este proyecto una retrospectiva del arte canario de la última centuria en una zona potencial europea y pone de relieve relaciones artísticas entre la Antigua Checoslovaquia y Canarias, promovidas por Óscar Domínguez en los años treinta.

La muestra cuenta también con el respaldo de las Embajadas de España en Eslovaquia y República Checa y del Ministerio de Cultura eslovaco. Representantes de estas instituciones estarán presentes en el acto inaugural, al que también esta prevista la asistencia del viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Alberto Delgado.

La selección de unas 70 obras de 16 pintores isleños con proyección exterior ofrece un recorrido por todas las corrientes e influencias de las que se ha nutrido el arte canario durante los últimos 100 años. Así podrá apreciarlo el público de la mano de la producción artística de Óscar Domínguez (1906-1957), Jorge Oramas (1911-1935), César Manrique (1919-1992), Manolo Millares (1926-1972), Pedro González (1927), Félix Juan Bordes (1939), Juan José Gil (1947), Paco Sánchez (1947), Gonzalo González (1950), Fernando Álamo (1952), Carlos Matallana (1956), Juan Gopar (1958), Carmen Cólogan (1959), Cristina Gámez (1964), Pipo Hernández Rivero (1966) y Santiago Palenzuela (1967).

Óscar Domínguez encabeza este itinerario, tanto desde el punto de vista cronológico como por su mencionada aportación a los flujos culturales entre Canarias y esta zona de Europa. En pocas ocasiones el público de la República Checa y Eslovaquia ha podido conocer el arte contemporáneo español. Sin embargo, es poco conocido el hecho de que Domínguez expuso varias veces y con gran éxito en estos países, pasó largas temporadas en Praga y Olomouc y entabló amistad con numerosos artistas checoslovacos. Todo ello a raíz de una colectiva celebrada en la capital checa en 1946, en la que el tinerfeño tomó parte.

Con estas premisas como ineludible antecedente y siguiendo el espíritu de entusiasmo de la Gaceta del Arte, hoy, más de medio siglo después y de la mano de SpainArt, el arte canario vuelve a instalarse en dos ciudades que resultaron puntos clave para la trayectoria de Domínguez.

Otras figuras

Junto al surrealismo parisino de Óscar, acompañan la obra del maestro otras figuras de importancia decisiva para el arte canario. Destaca el comisario Fernando Castro Borrego la máxima expresión poética del agro canario de Jorge Oramas, mientras que en los sesenta se dio una reacción de signo ideológico contrapuesto: "de un lado César Manrique, heredero del naturalismo nestoriano; del otro, Manolo Millares, que profesaba una concepción del arte como autoconocimiento e identidad". Y en medio de ello, el existencialismo humano hecho abstracción de Pedro González.

Por su parte, Félix Juan Bordes "convive el surrealismo y la preocupación antropológica, mientras que Juan José Gil y Gonzalo González (Generación de los 70) plantean una recreación metafísica y neorromántica del paisaje canario". Otro miembro de esta generación, Fernando Álamo, "sólo está interesado en la pintura como expresión de la individualidad, sea cual sea el tema que aborde". Es un caso similar al de Santiago Palenzuela, "para quien los motivos iconográficos son meros pretextos".

Pipo Hernández Rivero siempre ha exhibido "un interés por los iconos de la cultura de masas y por el relato cinematográfico como signo de dicha cultura", mientras que a Carmen Cologan "le interesan los referentes históricos, no para recrearse en ellos de un modo historicista y decadente, sino para reinterpretarlos como claves para entender el presente y orientar el camino hacia el futuro".

Cristina Gámez, en cambio, "elabora esquemas figurativos que soslayan cualquier relación con el mundo insular. Está interesada en redefinir el nexo entre figura y ornamento. La referencia textil de sus obras está cargada de sentido simbólico. El tejido es el texto, pero también la piel". Juan Gopar trabaja la pintura como membrana no como piel y, por último, Carlos Matallana "reinterpreta el mito del Jardín de las Hespérides", para conmover mediante el contraste entre las imágenes idílicas y la cruda realidad de una economía marcada por el turismo.

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