"¡Nos propusieron un autobus Budapest-Madrid que tardaría en llegar 35 horas!"

Por cuarto día consecutivo, la nube de cenizas procedente de la erupción del volcán islandés está causando estragos en la aviación aérea europea. Este domingo se han suspendido todavía más vuelos que el sábado, 20.000, un 85% de los programados. En España, a pesar de que el cierre de algunos aeropuertos ha sido sólo una medida temporal, miles de viajeros se han visto igualmente afectados. La estupefacción y las dudas son los dos sentimientos más expresados por nuestros lectores, que continúan informándonos sobre sus vicisitudes.

"¡Nos propusieron un autobus Budapest-Madrid que duraría 35 horas!". Marta Rodríguez es una lectora que se encuentra atrapada en Hungría por el caos aéreo. A punto de embarcar el pasado día 16, las azafatas de su vuelo a Madrid anunciaron la cancelación. Por si el horizonte no estuviera lo suficientemente oscuro debido a la "dichosa nube de cenizas", Ana no tiene opciones alternativas para viajar: "No hay trenes y el alquiler de coches es imposible".

Daniel Gayo y sus compañeros de clase también están atrapados sin poder regresar a su destino. Ellos están en Finlandia, viviendo en casa de sus familias de adopción. Según denuncian, la embajada española en Helsinki ha hecho "muy poco" por ellos. Sus posibilidades de retorno pasar ahora por viajar en barco a Alemania y de allí coger un tren hasta Sevilla. Un viaje largo, de más de 4 días, que se parece muy poco a las 4 horas escasas que tardarían en avión.

Pero Finlandia y Hungría no son los únicos países donde viajeros españoles se han quedado sin poder regresar. En Londres, un grupo de estudiantes de 4º de ESO del instituto El Greco de Toledo están atrapados desde el miércoles. "No sabemos cuando se podrá resolver la situación", dicen, "y nadie además nos proporciona una alternativa".

"¿Qué han cancelado mi vuelo? ¿Es una broma?"

Ana Lorente tenía su viaje perfectamente organizado -avión, autobús, albergue- para reunirse con sus amigos Erasmus en un pueblecito cerca de Londres. Con la maleta hecha y a punto de salir de casa recibió una llamada: "Hay polvo sobre Inglaterra y van a cancelar el vuelo". "¿Cómo?" -dijo Ana- "¿es una broma?". No. Tras la incredulidad y la decepción, la realidad. Ana era uno de los millones de viajeros de toda Europa afectados por las cancelaciones masivas de vuelos a causa de la nube de cenizas del ya familiar volcán islandés.

A Ana, que había contratado una compañía de de bajo coste, le será reembolsado el importe del billete, pero no la "ilusión". En peor situación se encuentra otro lector de 20minutos.es, Xabi, quien este viernes debería haber volado de Bilbao a Dublín haciendo escala en Madrid. Fue precisamente en Barajas, a mitad de camino, donde se enteró de que era imposible viajar a Irlanda.

Tras una "odisea de mostrador en mostrador", Xabi consiguió que le pagaran un billete de vuelta a Bilbao y una noche de hotel. Pero los contratiempos no habían acabado. Cuando fue a recuperar su equipaje en el aeropuerto de la capital vizcaina, se encontró con que las cremalleras de las maletas estaban abiertas y que parte del equipaje "había desaparecido". Ahora Xabi sólo pide que el día 21 de abril, la nueva fecha para la que está previsto su viaje, no suceda nada y "respeten  sus pertenencias".

Otro lector, Pedro Barreiro, que tampoco ha podido viajar a Londres debido a al cierre del espacio aéreo, ha tomado la decisión de sustituir el avión por otros medios de transporte, desde el tren hasta el ferry. Le saldrá más caro (concretamente, "190 euros" más caro) y tardará un buen puñado de horas en llegar a su destino final, Brighton, pero pese a todo no pierde el optimismo: "Es otra experiencia, que supongo me resultara divertida e interesante".

"Adiós a mis minivacaciones"

Pedro, Ana y Xabi no son los únicos lectores que ha sufrido las consecuencias de la que ya es la mayor crisis aérea en la historia de Europa. Verónica llevaba meses planeando unas "minivacaciones" en Frankfurt que, finalmente, no podrán tener lugar. "Sí, el billete me lo devuelven", dice, pero no el tiempo que había ido acumulando poco a poco para la escapada.

En una situación similar se encuentran Ana y sus tres amigas, que durante la Semana Santa habían comprado un billete para ir a visitar a una cuarta amiga en Liverpool, y que han visto cómo su plan ha saltado hecho pedazos. Al menos, dice Ana, nos ha cogido aquí, de haber estado en Liverpool no se sabe cuando podríamos haber vuelto.

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