Unos zapatos inadecuados pueden dar problemas de rodilla, cadera o columna. Las más comunes: los juanetes y los dedos en garra. La elevación del tacón origina una excesiva carga corporal sobre el extremo de los pies, lo que causa un desarrollo anormal de la unión ósea (juanetes). Los dedos en garra aparecen porque la puntera afilada del zapato de tacón no deja sitio a los dedos y se montan unos sobre otros.

Según la podóloga Alicia Faulí, «el mayor problema que nos encontramos es hacer comprender a la población que un cambio de tipo de zapatos podría ser, en muchos casos, la solución a su problema».

Las fricciones causadas por no llevar abrochadas las zapatillas se convierten en ampollas y, después, en durezas. De este modo, jóvenes de 15 y 16 años sufren patologías propias de personas mayores de 60 años. Los tacones provocan muchas de las enfermedades. La altura recomendable, según el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana, son tres centímetros de tacón con una suela que tenga una cierta resistencia (no rigidez) a la torsión».

Según Faulí, muchas enfermedades de espalda están provocadas por no utilizar calzado adecuado.