"Las cosas que dice Espino, muy dedicado a este tipo de estupideces, porque no puede decirse de otra manera, no les hago el más mínimo caso. Sobre los hoteles de Lanzarote, he hecho una aclaración jurídica en el Parlamento por una pregunta de un diputado del PSC-PSOE indicándole cuál era la situación en estos momentos", dijo hoy durante una rueda de prensa.

Aquí, entendió que no hace falta "ninguna cosa extraordinaria" para que aquellos hoteles que cumplan con el planeamiento urbanístico puedan subsanar aquellos defectos que les llevó a la suspensión de las licencias. "Si el señor Espino —añadió— cree que puede haber algún hotel que se le pueda haber dado licencia fruto de algún cohecho, pues para eso están los tribunales, para que cojan al que dio una licencia a través de un cohecho".

Berriel hizo especial hincapié en que para realizar este tipo de afirmaciones, el secretario insular del PSC-PSOE debe estar seguro, demostrarlo, acreditarlo y denunciarlo, "y no estarse mezclando ni sembrando en la opinión pública historias que tienen una trascendencia en la economía, en el empleo y en la credibilidad de la sociedad y de las instituciones".

El consejero recordó que en el Parlamento preguntó al grupo socialista que si era bueno para la economía de Canarias que los hoteles resolvieran sus problemas jurídicos o que no lo hagan, porque si no lo es, la solución sería la demolición de los inmuebles, cuyas consecuencias deberían ponerse sobre la mesa.

Asimismo, abogó porque los propietarios de los hoteles "se pongan las pilas", apliquen el ordenamiento jurídico que existe y que resuelvan sus problemas jurídicos. "Si resuelven sus problemas jurídicos, no plantearán problemas de tipo económico, social y del sector", afirmó.

Por su parte, aseguró que la intención del Gobierno de Canarias es que todas las instalaciones que existen en el archipiélago obedezcan a la legalidad, exponiendo que si un juez declara ilegal un hotel por algún defecto, lo primero que habría que mirar es si dicho defecto es subsanable o no, porque si lo es se puede instar a arreglarlo, mientras que si no lo es, habría que dejar el territorio como antes de la construcción.