Según indicó Corrochano, en rueda de prensa, las investigaciones condujeron a la identificación del presunto autor F.D.A. de 39 años, que "en el momento en el que se le detuvo portaba consigo unas 25 recetas médicas". Además, constataron que su mujer, C.J.C, de 30 años de edad era "su persona de apoyo", que se encargaba de vender esas recetas a los posibles consumidores "a una media de siete u ocho euros por receta", apuntó.

Así, por el número de recetas robadas "se podrían haber obtenido, al precio medio que se vendían, aproximadamente unos 14.000 euros". También se pudo encontrar en la casa del detenido un revolver detonador marca Mágnum calibre 38 especial, productos farmacéuticos, material de enfermería y material de limpieza, "que pendientes de confirmación tendrían un valor de entre 10.000 y 12.000 euros".

En este sentido, se realizó una operación cuyas investigaciones han esclarecido hechos que se venían denunciando desde el verano del 2009, y se han vuelto a denunciar este mes de febrero de 2010.

Corrochano destacó que el Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Comisaría de Toledo "retomó unas investigaciones iniciadas durante el verano del año pasado, en el que se detuvo a dos personas por consumo de estupefacientes".

Por ello, se comenzó a investigar cuando se presentó una denuncia en el mes de febrero de un facultativo de un Centro Médico de Salud de la capital toledana, en el que se informaba del robo de un sello médico y de aproximadamente unas 100 recetas.

Con esta nueva denuncia todo indicaba que la persona que podía estar sustrayendo las recetas médicas y los sellos "era un vigilante de seguridad de una empresa encargada de la vigilancia de los centros médicos de la capital", señaló Corrochano.

El subdelegado del Gobierno en Toledo afirmó que este ciudadano "había pasado por diferentes centros de salud de la capital toledana y en todos ellos había ido haciendo acopio" de las recetas y otros objetos. Finalmente, los materiales encontrados serán puestos a disposición del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) una vez que el juzgado así lo asigne.

Efectos intervenidos

Entre todos los efectos intervenidos, además de más de 1.502 recetas médicas, también se encontró todo un arsenal de objetos, entre los que destacan productos farmacéuticos como pomadas, gotas y aerosoles; material de enfermería en grandes cantidades como es el caso de vendas, gasas, esparadrapo, algodón, Betadine, alcohol, agua oxigenada, suero fisiológico y termómetros clínicos.

Además se encontraron tijeras, pinzas y escalpelos de material quirúrgico; material informático entre los que se encontraron ordenadores, teclados, ratones, webcam, teléfonos, módem y portátiles; material de limpieza como es el caso de rollos de papel industriales, insecticidas, ambientadores y lejía.

Finalmente, también se incautó material de uso higiénico personal como colonias, botes de gel, champú, aceite corporal, cuchillas, espuma de afeitar, toallitas, compresas, toallas, mantas, sábanas y además, dos chaquetas médicas rotuladas con el anagrama del SESCAM.