La compañía, dedicada a la fabricación de cápsulas para vino y otras bebidas, explicó en un comunicado que el "estancamiento" del mercado le ha llevado a proponer a sus trabajadores mantener en 2010 el acuerdo alcanzado para el pasado ejercicio, que inspirado en el modelo alemán de relaciones socio-laborales, supone la reducción de un diez por ciento de la jornada laboral y del salario.

Además de esta medida, ha planteado "la necesaria aprobación" de un ERE de suspensión temporal, que afectaría al cinco por ciento de la plantilla, es decir, 18 trabajadores sobre más de 300.

A través de ambas medidas, se pretende "garantizar la totalidad de los puestos de trabajo actuales y luchar por la competitividad de la empresa". La propuesta que la dirección de la compañía ha hecho a sus trabajadores está fundamentada en la caída de la facturación, que en el 2009 se vio mermada un 22 por ciento respecto al año anterior, "lo que hace necesaria la aplicación de medidas de flexibilidad".

El gerente de Ramondín en Laguardia, José Miguel Munilla, afirmó que "la apuesta por este modelo, junto al esfuerzo financiero e inversor de la empresa, ha permitido, de momento, mantener el nivel de empleabilidad y garantizar la continuidad del proceso productivo acorde a la demanda".

Munilla destacó que también se ha logrado "eludir medidas de carácter drástico e iniciar una nueva fase de crecimiento para el segundo semestre de 2010, de la mano de la nueva línea de producción".