A. Luis Aduriz:"Tras el incendio de Mugaritz ha llegado un tsunami de solidaridad"

  • El cocinero del restaurante Mugaritz, cuya cocina quedó destrozada por un incencio el lunes, está conmocionado por el apoyo recibido.
  • Las muestras de solidaridad han llegado desde todo el mundo y por parte de personalidades de diversos ámbitos.
Vista general del estado en el que ha quedado el restaurante Mugaritz tras el incendio.
Vista general del estado en el que ha quedado el restaurante Mugaritz tras el incendio.
MUGARITZ
Vista general del estado en el que ha quedado el restaurante Mugaritz tras el incendio.

"No te puedes imaginar que la gente se vaya a volcar así. No, es imposible imaginárselo. Tras el incendio ha llegado un tsunami de solidaridad", asegura Andoni Luis Aduriz, cocinero que regenta el restaurante Mugaritz (el cuarto mejor del mundo según la revista 'Restaurant') que este lunes de madrugada sufrió un incendio que destruyó la cocina.

La ola comenzó el lunes por la mañana, pocas horas después de que se produjera el fuego, y desde entonces no ha parado. "El martes me llamaron unas seis personas cada minuto", pone como ejemplo. La ayuda ha llegado desde todo el mundo: "Hemos recibido llamadas desde los Emiratos Árabes, Estados Unidos, Japón, México, Venezuela...", asegura. Colegas de profesión, amigos, clientes, artistas, políticos, escritores, músicos, sindicatos... "Nos han ofrecido de todo: una sidrería nos deja un local para cocinar, otra dice que se ofrece a lavarnos la vajilla, nos han llamado para dejarnos contenedores para sacar los escombros... ¡Es tan fuerte el tsunami!".

Las muestras de solidaridad se agradecen, más si cabe, cuando llegan de otros cocineros, "aparentemente, la competencia". "'No te preocupes', me han dicho, 'que nosotros queremos que sigas'", asegura Luis Aduriz. El cocinero sólo tiene halagos para los colegas: Pedro Subijana "ha sido un señor"; Hilario Arbelaitz le ha ofrecido "todo lo que le haga falta"; Joan Roca, "dinero, todo lo que quiera"; José Ramón Andrés le llamó desde Estados Unidos y David Muñoz (galardonado este miércoles con el Premio Nacional de Gastronomía), desde Abu Dhabi (Emiratos Árabes); Juan Mari Arzak, Sergi Arola, Pedro y Marcos Morán, Heston Blumenthal, GorkaTxapartegi, Karlos Arguiñano... "ha sido algo increíble". Y luego está Ferran Adrià, "que se lo ha tomado como algo personal. Parece que la mitad comité de crisis está en Cataluña", bromea.

"La mejor boda del mundo"

Han pasado poco más de 48 horas desde que el fuego quemara en tres horas "12 años de patrimonio", y sin llegar a asimilar del todo lo que ha ocurrido, el equipo que trabaja en el restaurante ya se ha puesto a buscar soluciones a sus prioridades. Una de ellas es la boda que se iba a celebrar este sábado en Mugaritz. La obsesión de Luis Aduriz es que los novios tengan "la mejor boda del mundo", igual que si nada hubiese ocurrido. "La gente se pone en nuestras manos y tenemos que responder a la altura de la confianza que han depositado en nosotros", dice. De momento, el lunes ya les habían ofrecido hasta tres locales para celebrar el enlace.

De los clientes, precisamente, es de lo primero que se encargaron tras apagar las llamas. Pocas horas después, llamaron uno a uno a todos los que tenían una reserva para los próximos cuatro meses para ofrecerles una alternativa ("no queríamos que se enteraran por la prensa"). Otra de sus preocupaciones es qué hacer con los trabajadores, ver "cómo lo hacemos para que estén bien". La solidaridad también ha llegado por aquí, ya que muchos cocineros les han dicho que se hacen cargo de los trabajadores hasta que el restaurante vuelva a abrir.

Sorprende la vitalidad y la ilusión con la que el cocinero habla sobre el futuro más cercano ("el incendio ya ha pasado y ahora hay que afrontar lo que viene"), pero cuando habla del fuego, necesita tomar aliento. "Las ollas... recuerdo las ollas retorcitas y negras... a mí que me gustan relucientes...", dice, "y la mantelería; una mantelería impresionante y sin estrenar", lamenta. En el restaurante viven "muy al día", comprando cada vez que pueden material un poco mejor. En los 12 años de vida del restaurante habían cambiado seis veces de mantelería y esta última era "un hito" que habían alcanzado, un pasito más hacia la excelencia.

Pero entre todo el "desastre" también hay anécdotas amables. Del fuego consiguieron salvar al 'Txantxito', una hucha con forma de simpático cerdo donde el personal metía monedas para pagar las cenas que hacían de vez en cuando: "Está todo negro, lleno de hollín, pero el chanchito (cerdito), sonriente".

"Se nos quemará un plato, se nos quemará la cocina, pero nuestra ilusión es ignífuga", afirma Luis Aduriz, rotundo, al preguntarle si están animados para afrontar lo que viene. "Nos están empujando para que sigamos adelante. No sabes lo importante que es el apoyo de la gente cuando hay una desgracia; ese apoyo te lleva hacia delante", como la corriente del tsunami.

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