Los hechos, según dio a conocer hoy en rueda de prensa el subdelegado del Gobierno en la provincia, Francisco Javier Corrochano, junto al jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo, Luis Rodríguez, ocurrieron a las 11.30 horas del pasado 9 de febrero, cuando la Guardia Civil fue avisada de la presencia de tres vehículos con personas que llevaban puesto pasamontañas en las inmediaciones de una gasolinera.

Inmediatamente se desplazó una pareja de la Guardia Civil al lugar, dándose a la fuga los tres coches, haciendo caso omiso a las señales de alto de los agentes. La Guardia Civil estableció un dispositivo de localización en toda la zona, siendo detectado uno de los vehículos circulando por la A-42 sentido Madrid, logrando interceptarlo en el kilómetro 40.

Por estos hechos se detuvo a tres personas. El día siguiente, 10 de febrero, los agentes lograron localizar y detener a otro componente de la banda que fue el encargado de facilitar la información relevante para el atraco, como situación de las cámaras, objetivo principal, horarios, etc, para lo cual realizó vigilancias de las víctimas durante dos semanas, alternándose con otras personas.

Ante la evidencia de tratarse de una banda organizada con más integrantes, los equipos de investigación de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo iniciaron la operación 'Ceska'. La investigación fue muy elaborada debido a que los integrantes de la red utilizaban numerosas medidas para evitar ser descubiertos.

El grupo estaba formado por un núcleo duro de tres personas que, a través de informaciones de trabajadores que desarrollaban su labor en empresas o viviendas particulares, conseguían datos necesarios para los robos. Ellos mismos eran los encargados de efectuar vigilancias a las víctimas para obtener información.

Posteriormente se reunían con el resto de la banda en un local de la localidad de Illescas donde planificaban el delito y designaban a los que lo iban a cometer, normalmente cuatro o cinco personas, dependiendo de la dificultad que apreciaran. El resto de componentes haría servicio de vigilancia.

Extremas medidas de seguridad

Establecían unas extremas medidas de seguridad para no ser descubiertos ni localizados. Se desplazaban al lugar del delito en varios vehículos, unos se quedaban en las inmediaciones para la vigilancia y los encargados de cometerlo, tras ocultarse el rostro con pasamontañas, penetraban en las viviendas o empresas armados con un arma corta. Una vez dentro, intimidaban y golpeaban a las víctimas, las maniataban y las amordazaban. Cuando habían conseguido dinero o joyas se daban a la fuga por caminos diferentes.

Las operaciones se centraron en identificar a la totalidad de los integrantes de la red antes de proceder a sus detenciones, con el fin de desarticular totalmente la banda. Tras meses de investigación, la Guardia Civil comenzó el pasado mes de septiembre de 2009 con las detenciones y los registros domiciliarios, siendo los primeros dos de los cabecillas, J.V. con domicilio en Parla (Madrid) y M.H.A. con domicilio en Madrid. A partir de ese momento se fueron sucediendo las detenciones hasta el pasado mes de diciembre que se detuvo al último integrante de la red, la cual contaba con 12 miembros habiendo sido todos ellos detenidos.

Se continuó con la investigación para descubrir todos los delitos que habían cometido analizando los objetos y documentación incautada en los distintos registros domiciliarios. La Guardia Civil da por cerrada la operación 'Ceska' habiendo detenido a todos los integrantes de la red (12) que han sido puestos a disposición judicial como presuntos autores de dos delitos de robo con violencia e intimidación en domicilios particulares, delitos de allanamiento de morada, de detención ilegal (maniatar y amordazar a sus víctimas), de amenazas, tras delitos de robo con violencia e intimidación en gasolineras, de asociación ilícita, de usurpación de estado civil, de estafa, contra la salud pública (tráfico de drogas), de robo con fuerza en las cosas y tenencia ilícita de armas.