Francisco Javier Delgado, imputado por la desaparición y el presunto asesinato de la joven sevillana Marta del Castillo la noche del 24 al 25 de enero de 2009, dijo estar esperando al comienzo del juicio "con toda la tranquilidad" que le da su conciencia y dignidad" para que, "de una vez, se dejen las conjeturas y las suposiciones al margen y se conozcan todos los hechos".

El hermano del asesino confeso, Miguel Carcaño, a través de una carta, dice confiar en que durante el juicio "se conozcan todos los hechos", mediante los cuales "se demostrará" que tanto su implicación como la de su novia, María García, "son completamente nulas", y dice esperar a la vista oral "para contar todo lo que, por los diferentes motivos derivados de un proceso judicial, secreto, no puedo hacer en estos momentos".

En este sentido, Francisco Javier Delgado se refiere al auto dictado por la Audiencia Provincial de Sevilla en el que se rechaza las peticiones de sobreseimiento realizadas tanto por él como por su novia, criticando en este punto "el desajuste judicial en el que está inmerso el caso", pues las razones esgrimidas para rechazar el archivo "son totalmente contradictorias entre sí".

Imputación "irreal" y "premeditada"

Por ello, Francisco Javier Delgado muestra su confianza en que "las personas que sólo leen los titulares de las noticias" se den cuenta de que los intentos de que su pareja y él mismo estén imputados son "tan irreales como premeditados", al tiempo que se cuestiona "hasta cuándo estarán sin reconocer los fallos cometidos en la investigación, y hasta cuándo estarán sin reconocer el daño causado sobre unas personas completamente inocentes". "¿Tanto temor tienen a la opinión pública para seguir insistiendo en conjeturas que no son reales ni tan siquiera para ellos?", se pregunta.

Asimismo, dice esperar que "tanto la instrucción del caso como los medios de comunicación comprendan el daño gratuito que se está haciendo a personas completamente ajenas a este caso, sólo por el hecho de ser familia de unos presuntos inocentes", señalando que, "después de los insultos y las descalificaciones proferidas" en su contra, con el objeto de que no se defienda, éstos no hacen "sino confirmar toda una serie de falsedades" que, diciéndose sobre él, "dejan de tener legitimidad de forma absoluta en cuanto se pronuncian".