El Grupo popular en el Congreso materializa así su intención expresada en la jornada anterior de oponersea la admisión del Estatut como reforma estatutaria, pues considera que se debe admitir como reforma constitucional y, por tanto, seguir un procedimiento diferente.

En el escrito de 15 folios, el PP subraya que, "objetivamente, el texto del proyecto entraña desde su mismo Preámbulo el ánimo de implantar un régimen político completamente extraño al que configuró la Constitución de 1978, extraño y de imposible reconciliación con la misma".

"Fraude de ley"

El PP incide en que no admitir este texto como reforma constitucional es un "fraude de ley". Para los populares, la calificación como reforma estatutaria "privaría ilegítimamente al poder constituyente de participar en un proceso dirigido a cambiar el marco de convivencia de los españoles".

Como una "patena"

De hecho, recalca que "si el propio presidente del Gobierno, en un alarde de fecundidad, presume de tener innumerables fórmulas conciliadoras de lo inconciliable, y manifiesta su afán de dejar el texto 'como una patena', hay que concluir que, constitucionalmente hablando, el texto viene moteado de máculas y churretes".

"La Mesa no debe excusar su connivencia en la consumación de tal fraude y rehusar el ejercicio pleno de las funciones que la legislación le permite -esgrime-.

El reconocimiento de que sólo al Tribunal Constitucional corresponde el juicio definitivo de constitucionalidad, no libera a todos y cada uno de los órganos conocedores del trámite legislativo de su atenimiento al principio de legalidad, en virtud del mandato del artículo 9.1 de la Constitución".

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