El PP asegura que el proyecto de la reforma del Estatut no responde a la demanda social

El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró hoy, ante la actitud del PP sobre el Estatuto de Cataluña, que España "sabe cómo olvidar a los que con cada reforma anuncian una catástrofe". El portavoz del PP, Pio Escudero, aseguró que la reforma del Estatut se había iniciado sin demanda social.

Zapatero se expresó así ante el pleno del Senado en respuesta a una pregunta del portavoz del grupo popular, Pío García Escudero, quien acusó al jefe del Gobierno de intentar "disfrazar" el reconocimiento de Cataluña como nación con adjetivos que recuerdan algún concepto "muy apreciado por el nacionalsocialismo, el fascismo y el Chile de Pinochet".

El jefe del Ejecutivo aseguró que es posible que Cataluña tenga una denominación respetuosa a la vez con su "profunda identidad" y con el artículo 2 de la Constitución. A

Al hilo de ello, pidió al PP que reflexione sobre las declaraciones de Piqué en las que la pasada semana aseguró que "Cataluña tiene rasgos característicos de nación desde un punto de vista cultural, de percepción propia, de historia, pero también lo es España desde esta perspectiva y, probablemente, con rasgos muy fuertes".

... y en el debate del Parlament

El 'conseller primer' de la Generalitat, Josep Bargalló, aseguró hoy que el proyecto de Estatut se aprobó en Catalunya "gracias a la generosidad política" del Gobierno tripartito de la Generalitat, que "no ha querido monopolizar la bandera de la defensa del país" y "ha tenido el mérito de saber renunciar al protagonismo" porque, de lo contrario, habría "ido en detrimento del objetivo final".

Pese a arrogarse el éxito de un Estatut que CiU "no tuvo el coraje" de impulsar, Bargalló aseguró que el proyecto "es de todos" y abogó por "mantener hasta el final del proceso" la unidad del llamado 'cuatripartito' formado por CiU, PSC, ERC e ICV-EA.

Para Bargalló, el Estatut supone una "victoria" de un "nuevo catalanismo abierto, amplio y plural" que deja atrás el "catalanismo de la derrota" que, a su juicio, estaba instalado en el país.

Bargalló abrió la segunda jornada del debate de política general en el Parlament con un discurso de casi una hora en la que no hubo referencia alguna a la crisis del Gobierno catalán, pero que, a diferencia de la intervención del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, estuvo plagado de cifras, datos y proyectos concretos del Ejecutivo tripartito para ilustrar la emergencia de una "Catalunya feliz, ilusionada y con futuro".

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