La iniciativa se recoge en una propuesta legislativa presentada de forma conjunta por los dos partidos mayoritarios y Coalición Canaria y se aplicará a todos los expedientes que estén en curso.

Los títulos de la Corona, los vinculados a la sucesión al Trono y los de la Casa Real no se verán afectados por esta normativa y se seguirán rigiendo por la propia, aunque sí lo harán las Grandezas de España.

Igualdad en la sucesión

Con la nueva ley, serán nulas las previsiones de la Real Carta de concesión del título que excluyan a la mujer de los llamamientos; que prefieran al varón en igualdad de línea o de grado, o que contradigan de cualquier otro modo las igualdad en el derecho a suceder.

La posesión de un título no otorga privilegios en la actualidad, al tratarse de una distinción honorífica cuyo contenido se agota en el derecho a usarlo y a protegerlo frente a terceros. PSOE, PP y CC consideran que este valor "puramente simbólico" es el que justifica que los títulos nobiliarios subsistan hoy en día en una sociedad democrática.

La portavoz del PSOE, María Ester Couto, alegó durante la discusión parlamentaria que la ley no se refiere a la "distinción anacrónica" de los derechos de cuna, sino a adecuar la sucesión nobiliaria al principio de igualdad. Su homóloga popular, Ana Torme, defendió que eliminar esta discriminación "dignifica a la mujer", un argumento muy criticado en posteriores intervenciones.

Rechazo a un "anacronismo"

La mayoría de los grupos (CiU, PNV, ERC y grupo mixto) se abstuvieron, ya que no quisieron entrar en el fondo del proyecto, mientras que IU-ICV lo rechazó porque amplía la legitimidad de un anacronismo contrario a varios artículos de la Constitución, afirmó su portavoz en el debate, Isaura Navarro, que lucía una insignia republicana.