Los crucifijos en las aulas de la escuela pública, a punto de pasar a la historia

El fallo podrá ser utilizado ante un juez para solicitar la retirada de los símbolos religiosos de las aulas públicas.
El fallo podrá ser utilizado ante un juez para solicitar la retirada de los símbolos religiosos de las aulas públicas.
20MINUTOS.ES
El fallo podrá ser utilizado ante un juez para solicitar la retirada de los símbolos religiosos de las aulas públicas.

La sentencia emitida el martes por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que da la razón a una madre italiana que pedía la retirada de los símbolos religiosos del colegio público en el que estudiaban sus hijos, al entender que coarta la libertad de pensamiento de los alumnos, no obliga al Gobierno español a sacar los crucifijos de las escuelas públicas del país.

El fallo sólo será de obligado cumplimiento para el colegio italiano sobre el que pesa la reclamación, que deberá retirar todos los símbolos religiosos. No obstante, antes, Estrasburgo tendrá que rechazar o fallar en contra la reclamación que ya ha anunciado que presentará el Gobierno italiano contra la sentencia.

En el caso de que Estrasburgo mantenga su decisión, ésta creará jurisprudencia y cualquier denuncia en Italia al respecto se tendrá que resolver conforme al fallo del tribunal europeo.

Pero ¿qué pasará en el resto de países que han firmado el Convenio de Derechos Humanos, entre los que se encuentra España?

El fallo podrá ser utilizado ante un juez para solicitar la retirada de los símbolos religioso de las aulas públicas. Los jueces "tendrían el deber moral" de dictaminar a favor de su retirada, explicó a 20 minutos el portavoz de la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria, Marcelino Sexmero, el cual quiso aclarar que, pese a que no suele pasar, los jueces podrán dictaminar en contra de Estrasburgo, pero en tal caso "tendrá que explicar sus razones".

"En cuenta"

El Gobierno aseguró este miércoles a este diario que tendrá en cuenta en la redacción de la nueva Ley de Libertad Religiosa la sentencia de Estrasburgo. Por contra, el portavoz del PP, Juan Antonio Gómez Trinidad, pidió que "no se resucite la guerra de los crucifijos".

Desde la asociación de padres Ceapa se valoró positivamente la decisión del alto tribunal y pidieron que se regule por ley. Mientras, el Vaticano deploró que "en la Europa del tercer milenio se promueva la retirada de los crucifijos de las aulas".

Ésta es la primera ocasión que Estrasburgo se pronuncia sobre el tema. En España, sin embargo, a finales de 2008 una sentencia daba la razón a un grupo de padres de Valladolid que solicitaba su retirada.

Los crucifijos no son el único símbolo religioso que ha causado polémica. En Ceuta, en 2007, Educación obligó a un colegio a admitir a dos niñas a las que había negado la entrada por llevar el velo islámico. La ministra de Educación en ese momento, Cabrera, consideró innecesario regular el uso del velo en la escuela por ley.

En Francia cortaron de raíz

El Gobierno francés aprobó en 2004 una ley que prohibía el uso del velo islámico en los colegios públicos. La norma también cerraba la puerta a crucifijos y símbolos religiosos. En España, en mayo de 2008, el Congreso rechazó suprimir los símbolos religiosos de las tomas de posesión de los cargos públicos.

El debate no entra en las aulas

Preguntamos a alumnos de dos colegios privados y de un instituto

Mientras se reabre el viejo debate sobre si retirar o no todos los símbolos religiosos de las aulas de los colegios públicos, la polémica parece pasar desapercibida para los principales afectados: los alumnos.

"No sabemos nada", explicaron a este diario varios jóvenes de 15 y 16 años del colegio privado Mater Inmaculada y Mompelier de Madrid. En su caso no hay disputa porque es un colegio religioso y sus profesores no tienen por qué quitar los crucifijos de las aulas, aunque parte de ellos opinan que "deberían quitar todo lo que pueda ofender a otro".

Otros creen que se está exagerando y que eso no molesta a nadie, aunque les da igual lo que pase con los símbolos religiosos en las clases. "Tengo un compañero marroquí y le da igual Cristo. De hecho, cuando rezamos por la mañanas se hace el sordo o se pone a hacer otra cosa", asegura uno de los chicos.

Lo que choca es que es en el instituto donde este diario se ha encontrado a alumnos defensores de aulas con estos símbolos. "A mí me gusta ver la cruz porque me siento protegido", cuenta Ronny, un joven ecuatoriano de Segundo de la ESO. Sus compañeros también creen que no molestan a nadie y que se deberían dejar. "Esto es una guerra de mayores en la que no tenemos nada que ver", concluye uno de ellos.

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