Durante tres días, todos los efectivos de la Guàrdia Urbana de Barcelona estarán en alerta para «pescar» a los dueños de animales de compañía que no hayan censado ni colocado el chip identificativo a sus mascotas. Las multas, en este caso, pueden llegar a los 300 euros.

Según cálculos municipales, sólo el 12% de los perros y gatos están debidamente censados en Barcelona, lo que favorece el abandono de estos animales. Por este motivo, la Guàrdia Urbana lleva a cabo estos días una campaña en la que se comprueba si los animales llevan el chip y si están censados en el Ajuntament.

«La mayoría de los dueños que no han censado a su animal de compañía no lo hace por desconocimiento: su veterinario le asegura que sí que está inscrito, pero solamente lo está en el registro del Col·legi de Veterinaris», adverte el jefe de la Unitat Canina de la Guàrdia Urbana, Francisco Sánchez.

En lo que llevamos de año, la policía local ha impuesto un total de 668 denuncias a propietarios de animales de compañía, una media de dos al día. «La mayoría», según fuentes municipales, por no llevar el microchip o no tener inscrito al animal en el censo.

Según la Ley, los animales de compañía deben estar censados y llevar un chip identificativo, lo que cuesta unos 55 euros. Pero, además, los dueños están obligados también a llevar consigo los papeles que acreditan la inscripción del perro y su cartilla sanitaria.

De no ser así, los agentes piden la confirmación de datos informáticamente y, cuando se comprueba que no están debidamente documentados, se les da un requerimiento. Entonces tienen dos semanas para inscribir correctamente al perro.