En febrero, el alcalde les entregó las llaves de sus pisos de Emvisesa en la manzana de la  C/ Estrella Vega, nº 9, en Nuevo Pino Montano. La alegría fue inmensa cuando llegaron a su nuevo hogar, unas VPO nuevas y grandes. Pero el júbilo se ha transformado en pesadilla. Ahora viven con losetas desprendidas, suciedad en el portal, cerraduras de puertas forzadas y cortes de luz, denuncian los vecinos a 20 minutos.

«Los pisos son nuevos pero parece que tienen mil años: están llenos de rotos y hemos sufrido hasta robos», cuenta una de las residentes del edificio. «Los problemas afectan a los nueve bloques. Hay muchas zonas donde no hay luz, los porteros electrónicos están estropeados y las cerraduras y buzones, rotos.

Además, nos robaron los motores de las puerta del garaje y el amplificador de la antena de la TDT». El pasado 10 de septiembre, los afectados enviaron sus quejas por escrito a Emvisesa y al Distrito Norte. También crearon un foro de quejas «donde algunos vecinos anunciaron que estaban dispuestos a irse, porque no aguantaban más».

El Ayuntamiento ha confirmado a este diario las sospechas de los residentes. Los causantes de los problemas son una familia del portal 1, al parecer de etnia gitana, que ocupó un piso. La adjudicataria «renunció a la VPO y los que vivían ahí eran familiares de ella o de su pareja. Es un caso delicado», dicen fuentes municipales.

Otra propietaria comenta que «este verano había hasta 10 personas en el piso, con 3 ó 4 niños». Las familias «se han bañado con el agua de la comunidad en el cuarto de la basura, han orinado en los portales y han escupido en el ascensor. Lo que hemos vivido, para nosotros queda», añade otro afectado. El Ayuntamiento envió un inspector para comprobar quiénes eran los inquilinos y a finales de la semana pasada los desalojaron. Desde entonces, la vivienda está vigilado por un guardia jurado.

El Ayuntamiento asegura  que Emvisesa ya está trabajando para arreglar los desperfectos, pero los vecinos lo desmienten. «Los bloques están igual», aseguran.