Las fotos que recuerdan el 22 de mayo de 2004 la boda pública más importante en España en los últimos 100 años resume muchas de las emociones vividas aquel día, empezando por el amor y terminando por una armonía familiar entre los Borbón que actualmente no se puede considerar perfecta ni completa.
Mientras que sus protagonistas, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz siguen felizmente casados y centrados en sus deberes paternos y de estado, otros miembros de la familia no pueden decir lo mismo. Las infantas Elena y Cristina están divorciadas. Y el rey emérito vive en Abu Dabi, muy alejado de la reina Sofía en todos los sentidos. Aun así, este es el retrato fotográfico de una jornada histórica e irrepetible.
Un retraso de la novia ocasionado por la lluvia
Letizia Ortiz, de 31 años, no pudo llegar a pie, como estaba previsto a la catedral de La Almudena. La tímida lluvia se convirtió en torrencial. La novia y su padre y padrino, Jesús Ortiz, se vieron obligados a alcanzar la puerta del templo en coche. Con la alfombra mojada, Protocolo tuvo que buscar una solución. Sus damas de honor llegaron en un coche, y los pajes, en un monovolumen. La ceremonia comenzó por todo ello con 20 minutos de retraso. La novia mostró entonces su vestido de Pertegaz.
Casi 5.000 periodistas cubrieron el acontecimiento
El mal tiempo, lluvia incesante y algo de frío, hicieron que las calles de Madrid, sobre todo en el centro, se poblaran menos de lo previsto de curiosos y espontáneos. Millones de espectadores siguieron la señal de la boda real de Televisión Española a través de 160 operadores. La británica BBC, las alemanas ARD y ZDF, la portuguesa RTP y la italiana RAI enviaron a sus propios equipos. Un total de 4.878 periodistas procedentes de 45 países se acreditaron para cubrir el evento. RTVE no cobró nada por la señal institucional.
Invitados de todos los sectores sociales
Unos 1.700 invitados asistieron a la ceremonia y al banquete. 36 casas reales (entre ellas la británica, con Carlos a la cabeza, Noor de Jordania, Naruhito de Japón, los reyes Alberto, Paola y Fabiola de Bélgica, la reina Margarita de Dinamarca, la reina Beatriz de Holanda...), una veintena de jefes de estado y personalidades del mundo de la música, el deporte, la empresa, la televisión y la cultura (Nelson Mandela, Emilio Aragón, Emilio Botín, Enrique Ponce, Agatha Ruiz de la Prada)...
Salida bajo un arco de los compañeros de Felipe
Al término de la ceremonia, los novios dejaron el templo bajo un arco de sables que soportaban compañeros de las tres academias militares, donde Felipe había hecho su instrucción militar. Felipe tenía el día de su boda 36 años. Llevaba el traje de gran etiqueta del Ejército de Tierra.
Hubo besos, pero no de película
Primero les pidieron con insistencia un beso los ciudadanos apostados bajo el balcón del Palacio Real, donde se asomaron los recién casados. Ambos respondieron con uno tímido, en la cara y no en la boca. Luego, en el banquete, se celebró un brindis por la salud de su matrimonio, a lo que sucedió otro casto beso rodeado, eso sí, de burbujas de cava y buenos deseos.
Felicidad de las infantas... que no duraría
La infanta Cristina, hermana mediana del contrayente, fue elegida como una de las invitadas más elegantes al enlace. Sus hijos Juan y Pablo estaban entre los pajes reales. Y ella se mostraba muy enamorada de su marido, Iñaki Urdangarin. Esta dicha terminó hace dos años en divorcio. Su hermana Elena, que acudió con su entonces marido Jaime de Marichalar, también se divorciaría 8 años después del paseíllo por la alfombra roja.
Un menú sabroso pero... escaso
El menú del banquete nupcial lo ejecutó el restaurante Jockey. Consistió en un aperitivo de en entrantes variados, con jamón de Jabugo, queso manchego con regañadas, patatas rellenas de changurro, vieiras fritas empanadas, tostas de champiñón, puntas de espárragos verdes fritas y tirabuzones de lenguado... De comida hubo tartaleta de hojaldre con frutos de mar y capón asado en tomillo, frutos secos, tarta y café. Los vinos, españoles, blanco Rías Baixas y Rioja Gran Reserva de 1994. El comentario general de algunos invitados fue que fue sabroso pero escaso.
Un dispositivo de seguridad de 23.000 agentes
El dispositivo de seguridad lo integraron más de 23.000 funcionarios: policías nacionales de distintas provincias, así como los alumnos de la academia de Ávila, guardias civiles y reales y policías municipales. Se desplegaron 200 francotiradores en las azoteas del recorrido de los novios por Madrid. Decenas de helicópteros policiales, un F-18 y un AWACS de la OTAN vigilaban desde el aire.
Anécdotas y ausencias
La ceremonia reunió muchas anécdotas, como la célebre patada de Froilán (6) a su prima Victoria López-Quesada, ambos en el cortejo real de pajes y damas. También fue sonada la ausencia del marido de Carolina de Mónaco en la ceremonia, dado que el día anterior, en la fiesta pre-boda, Ernest de Hannover consumió mucho alcohol y no pudo levantarse a tiempo de llegar a La Almudena.
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