Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Pijas de Coachella 0 - Pogo punk argentino 1

Charli D'Amelio en Coachella 2024
Charli D'Amelio en Coachella 2024
@charlidamelio
Charli D'Amelio en Coachella 2024

Se han hecho populares unas imágenes del cantante de Blur durante un concierto en el festival de Coachella en las que interpreta su conocida canción Girls & Boys y espera que el público cante el estribillo. Sin embargo, nada de eso sucede, la canción queda descafeinada y el cantante Damon Albarn muestra su descontento e insatisfacción increpando al público de un modo evidente.

El público de este festival parece que está a otra cosa. Coachella se ha convertido en un festival de moda en el que la música es una excusa para poder disfrazarse de vaquera pija con prendas de tonos plateados, botas, piezas de ganchillo y tener así material de sobra para el Instagram durante un par de semanas. El público, por lo que se ha visto, no está con muchas ganas de cantar encima del hilo musical porque, en muchos casos, desconoce la música que suena si no es la comida rápida musical del momento. 

No son buenos tiempos para la cultura musical. La moda arrasa con todo y el público es cada vez más inculto e incapaz de rebuscar en las aplicaciones digitales una música que se salga de lo evidente.

No son buenos tiempos para la cultura musical. La moda arrasa con todo y el público es cada vez más inculto e incapaz de rebuscar en las aplicaciones digitales una música que se salga de lo evidente. La esperanza está en los nichos, como diría un experto en mercadotecnia, en las músicas con estilos concretos y con bandas y públicos comprometidos con una cultura y una identidad propia.

También se ha hablado estos días de un concierto de la banda de hardcore punk Turnstile en Buenos Aires. Se han visto bastante unas imágenes de los fans del grupo de Baltimore en el teatro Vorterix haciendo un pogo -ese baile tribal y catártico- al ritmo de la canción I Wanna Dance With Somebody (Who Loves Me) de Whitney Houston mientras esperan la salida de los protagonistas de la noche. Son unas imágenes espectaculares.

Frente a la incultura pija del público de Coachella, tontos de fotocol de libro cocidos a fuego lento, resalta la capacidad enérgica, liberada, culta y divertida de los fans del hardcore punk. No deberíamos olvidar que el caso sucedió en Argentina, que es también importante para entender la locura y, quizá, el buen oído y el ritmo del asunto. La esperanza, aunque suene raro decirlo, está en los nichos.

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