Empiezan las obras del edificio del gimnasio Sant Pau: estará listo en 2026 y contará con 36 pisos de alquiler social por 400 euros al mes

  • El equipamiento deportivo ocupará los bajos y mantendrá su objetivo de cohesión y transformación social.
Fachada del Gimnasio Social Sant Pau al inicio de las obras de rehabilitación del edificio.
Fachada del Gimnasio Social Sant Pau al inicio de las obras de rehabilitación del edificio.
ACN
Fachada del Gimnasio Social Sant Pau al inicio de las obras de rehabilitación del edificio.

Tras lograr salvarse de un temido desahucio en 2021, el histórico Gimnàs Social Sant Pau, que se ubicaba en el número 46 de la ronda Sant Pau y que ahora se encuentra en la calle Floristes de la Rambla, en el Raval, volverá a su lugar de origen en junio de 2026. Este lunes ha empezado la reforma y ampliación del edificio en el que el gimnasio ha dado acogida a personas en riesgo de exclusión social desde hace más de 80 años.

Las obras servirán para la construcción de 36 viviendas de alquiler social para familias en situación de vulnerabilidad que serán gestionadas por la Fundación Hàbitat3 y, en los bajos, se ubicarán las nuevas instalaciones del gimnasio social. Se prevé que la primera fase de los trabajos, que incluye el derribo de la mayor parte de las estructuras y la fachada, durará 4 meses. Después empezará la construcción del nuevo gimnasio social y de 6 plantas de pisos.

La rehabilitación de la finca ha sido posible gracias a un acuerdo público-privado entre el Ayuntamiento de Barcelona, titular del suelo; la empresa Coyoacan, que construirá el edificio y será propietaria durante 55 años; del Gimnàs Social Sant Pau y de Hàbitat3. 

"Estamos contentos de que esto salga adelante, sobre todo, porque tendremos un equipamiento de primer nivel para el Raval, Sant Antoni y Poble-sec, y que será lo que ha sido hasta ahora, un gimnasio social que dará un derecho reconocido por Naciones Unidas, que es tener un espacio de salud donde cuidamos a la gente", ha afirmado Lara Cáceres, directora del Gimnasio Social Sant Pau. 

36 viviendas sociales por menos de 400 euros

Las obras que han comenzado este lunes incluirán la construcción de 6 plantas con 36 pisos de una y dos habitaciones, los cuales acogerán a personas en situación de vulnerabilidad -que también contarán con acompañamiento por parte de entidades sociales-, y personas solicitantes de vivienda de protección. 

Recreación del edificio de Sant Pau cuando esté acabado en 2026.
Recreación del edificio de Sant Pau cuando esté acabado en 2026.
Ayuntamiento de Barcelona.

La presidenta de Hàbitat3, Carme Trilla, ha explicado que los futuros inquilinos del bloque serán personas que se encuentran en el registro de solicitantes de vivienda de alquiler del consistorio y personas atendidas por entidades sociales. Concretamente, Trilla ha detallado que pagarán un alquiler ajustado a sus ingresos y que será inferior a 400 euros mensuales.  

"Aquí tenía que ir un edificio de viviendas de lujo, de propiedad privada, que derribaba la piscina que hay debajo, que es la más antigua de Barcelona, y por tanto se perdía su función social", ha subrayado Trilla.

Sin embargo, tras cerrar un acuerdo "laborioso y costoso" con el Ayuntamiento y la promotora, se ha podido dar un "giro de 180 grados" al proyecto previsto. "Representa lo que debería ser siempre la ciudad: intentar no caer en operaciones claramente especulativas y pasarlas a operaciones sociales", ha sentenciado. 

En 2021, el Ayuntamiento de Barcelona compró el suelo del edificio por 8 millones de euros y cerró un acuerdo con la promotora Coyoacan, de Jaume Roures, a quien cedió la propiedad para 55 años, para mantener el proyecto del gimnasio social y construir las viviendas. Una vez venza el plazo previsto en el acuerdo, los pisos pasarán a formar parte del parque de vivienda de titularidad municipal.

Recreación de los espacios comunes del edificio.
Recreación de los espacios comunes del edificio.
Ayuntamiento de Barcelona.

Joan Ramon Riera, comisionado de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona, ha asegurado que el gimnasio "es un ejemplo de colaboración público-privada" y ha instado a "normalizar" estas alianzas en la ciudad.  

En esta misma línea, el comisionado del Pacte por Ciutat Vella, Ivan Pera, ha señalado que la transformación del distrito de Ciutat que persigue el consistorio "buscará esta colaboración constante público-privada, de sumar alianzas y de innovación social".

El nuevo gimnasio social Sant Pau

Las obras también incluirán la construcción del nuevo Gimnasio Social Sant Pau, que mantendrá su objetivo social de mejorar la calidad de vida de las personas ofreciendo un espacio para hacer deporte donde todo el mundo se encuentre en condiciones de igualdad. Las nuevas instalaciones contarán con piscina, jacuzzi, sala de actividades dirigidas, un espacio polivalente para fitness, cafetería y centro social, además de vestuarios, baños, enfermería y lavandería. En total, serán más de 700 m2 de equipamiento deportivo en el sótano, otros 300 m2 en la planta baja y 222 en la planta altillo.

Render de las instalaciones del edificio.
Render de las instalaciones del edificio.
Ayuntamiento de Barcelona.

En junio de 2023, el gimnasio se trasladó temporalmente a un local de unos 400 metros cuadrados en el Raval, en el que siguen ofreciendo ayuda a cientos de vecinos al mes con dificultades económicas, mientras que el actual dispondrán de 1.400 metros cuadrados, según ha detallado Cáceres, quien también reconoció que la espera se les hará "larga".

Por la mañana, el centro abre sus puertas a personas que acuden para ducharse, coger ropa limpia y recoger una o dos comidas. Por las tarde, el equipamiento está abierto como gimnasio, con cuotas de entre 0 y 26 euros en función de la capacidad adquisitiva de cada socio.

Su origen se remonta a los años 40, cuando acogió la primera piscina pública clorada de Barcelona a la vez que ofrecía servicio de duchas a los vecinos del Raval, muchos de los cuales carecían de agua corriente en sus pisos. Con el paso del tiempo y la mejora de muchas viviendas de la zona, el proyecto de 'baños públicos' fue perdiendo sentido y, durante años, el equipamiento fue sede de los entrenamientos del Club Natació Montjuïc. 

En 2012, quebró y las trabajadoras recuperaron la empresa, la transformaron en cooperativa y crearon un proyecto social, orientado al barrio, y donde todo el mundo tenía cabida. Con la pandemia, el gimnasio se puso al servicio de las personas más desfavorecidas de la ciudad ofreciendo una ducha, ropa limpia, comidas y mascarillas.

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