Canales y balsas de riego, trampas mortales para la fauna: "Todos los meses tenemos algún aviso"

Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid han intervenido en el rescate de un corzo que había quedado atrapado en un canal en la localidad de Colmenar de Oreja, ha informado en sus redes sociales Emergencias 112.
Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid han intervenido en el rescate de un corzo que había quedado atrapado en un canal en la localidad de Colmenar de Oreja, ha informado en sus redes sociales Emergencias 112.
Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid han intervenido en el rescate de un corzo que había quedado atrapado en un canal en la localidad de Colmenar de Oreja, ha informado en sus redes sociales Emergencias 112.
Imágenes del reciente rescate de un corzo en un canal de Colmenar de Oreja.
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Esta semana, el rescate de un corzo que había caído a un canal de riego de Colmenar de Oreja se hizo viral. Fue un equipo del cuerpo de forestales de la Comunidad de Madrid el que se hizo cargo de una intervención que tuvo final feliz: el animal fue sacado del agua con vida y fue puesto en libertad. Esta es una labor que estos profesionales conocen bien: las realizan a menudo porque es muy frecuente que ejemplares de fauna silvestre caigan a este tipo de infraestructuras, así como a balsas, acequias u otras masas de agua para regar similares.

"Todos los meses recibimos algún aviso", explica Miguel Higueras, jefe del Operativo de Agentes Forestales de la Comunidad. La mayoría de las alertas tienen como protagonistas a corzos y jabalíes, pero no solo: se han dado casos de caídas de aves protegidas, algo que es más raro y grave. Como el reciente de Colmenar, muchos rescates finalizan liberando al animal del agua, pero en otros casos los ejemplares aparecen muertos.

En Madrid, esta problemática es de baja intensidad en comparación con otras comunidades y con otras causas de muerte de fauna, como los atropellos o las electrocuciones, pero los ahogamientos se dan con frecuencia y preocupan. De hecho, la Comunidad de Madrid estuvo incluida en la investigación que en el verano de 2021 lanzó la Fiscalía de Medio Ambiente para esclarecer las causas del "elevado número" de ahogamientos de especies protegidas en canales y balsas de España y tratar de tomar medidas para ponerles remedio.

El ministerio público dirigió un oficio a diferentes cuerpos autonómicos de agentes forestales, entre ellos el de Madrid, para que inspeccionaran sus territorios en busca de instalaciones conflictivas, contabilizaran los casos ocurridos y propusieran las recomendaciones que consideraran adecuadas para atajar el problema. 

Desde la Comunidad se plantearon como soluciones el vallado de las infraestructuras de riego, la colocación de pasos elevados para fauna, la disposición de rampas cada ciertos metros para que los animales que cayeran al agua pudieran salir por sus propios medios o la colocación de materiales rugosos en las superficies con el mismo objetivo, que la fauna pudiera escapar. 

De momento, no hay ninguna directriz ni obligación a nivel nacional sobre la colocación de estos elementos. En muchas ocasiones, las instalaciones más mortíferas dependen de organismos vinculados a la Administración pública, como las confederaciones hidrográficas, y en esos casos la instalación de medidas de protección es más sencilla si se le reclama desde la sociedad civil, por ejemplo. Este ha sido el caso del trasvase Tajo-Segura, en Castilla-La Mancha. Pero otras infraestructuras son de titularidad privada, como comunidades de regantes, y solo se les puede recomendar la toma de medidas, que podrán acometer o no. 

Toparse con un animal atrapado en un canal de riego, balsa o canal es algo que puede ocurrir en cualquier momento del año, aunque las posibilidades aumentan en verano por dos circunstancias particulares. En primer lugar, porque al ser la época más seca y con mayores temperaturas los animales buscan con mayor frecuencia agua para beber y tienen más riesgo de caer a estas instalaciones. En segundo lugar, porque este momento del año coincide con la llamada dispersión juvenil: los animales que han nacido en primavera comienzan su andadura vital y al ser ejemplares inexpertos tienen más posibilidades de sufrir estas caídas a lugares de los que luego no podrán salir.

Si cualquier ciudadano observa un animal en una balsa o un canal de la Comunidad de Madrid, debe llamar de inmediatamente al 112 para comunicar la situación, facilitando la mayor cantidad de detalles que le sea posible (localización, tipo de animal...). Se activará entonces a los forestales autonómicos, que se desplazarán para realizar el rescate y levantar un acta de inspección.

Esto es vital, porque si hay que tomar alguna medida posterior la existencia de este documento facilitará los trámites. Por ello, desde el Cuerpo de Forestales madrileño inciden en que siempre hay que dar este aviso y nunca coger a un animal o trasladarlo, aunque esté herido, porque les complicará el seguimiento de cualquier pesquisa para esclarecer la causa del incidente y poder tomar medidas para evitar en la medida de lo posible que vuelva a repetirse.

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